pekín. Al menos 600 personas muertas, diez mil heridas y muchas otras permanecen desaparecidas bajo los escombros tras el terremoto de 7,1 grados que sacudió ayer la provincia occidental de Qinghai, en China.
El seísmo, con una profundidad de 33 kilómetros, se produjo a las 7.49 hora local (media noche en la hora española), según la Administración China de Terremotos, y su epicentro se localizó a 33,1 grados latitud norte y 96,7 grados longitud este en el distrito de Yushu, en la prefectura autónoma tibetana del mismo nombre, y que tiene una altitud de más de 4.000 metros.
Se trata del cuarto terremoto en 2010 con grandes consecuencias humanas y materiales tras los de Haití, Chile y Turquía.
En la ciudad de Jiegu (Gyegu en tibetano), una de las zonas más afectadas por el terremoto, con una población de 100.000 personas y donde se encuentra el gobierno del distrito, el 85% de las viviendas quedaron destruidas, explicó Zhuohuaxia, un portavoz del servicio provincial de emergencias de la zona.
testimonios "Las casas aquí están hechas de madera y las paredes son de barro, por lo que algunas viviendas se vinieron abajo con el terremoto", agregó el subdirector del departamento de noticias de la televisión local.
"En las calles reina el pánico y están atestadas de gente con heridas en la cabeza", relató.
Uno de los policías que participa en las labores de rescate aseguró que alumnos de escuelas primarias locales se encuentran entre las víctimas, pero el número exacto todavía se desconoce.
El oficial declaró que, por el momento, "tenemos que emplear nuestras manos para retirar los escombros, ya que no tenemos grandes máquinas excavadoras".
Para Kang Zifu, un alto cargo del ejército que participa en la operación de rescate "lo primero es salvar a los estudiantes. Las escuelas son lugares en los que siempre hay mucha gente".
"Las clases no habían comenzado. Los alumnos que salieron corriendo de sus dormitorios están vivos, pero aquellos que no lograron escapar a tiempo permanecen sepultados", sentenció uno de los profesores de la Escuela Primaria de Yushu, un internado que cuenta con un millar de estudiantes.
La prensa señala que han tenido lugar al menos 18 réplicas, la más grande de 6,3 grados de magnitud una hora y 36 minutos después del principal seísmo.
Casas, templos, gasolineras, postes eléctricos han sido derribados, además de producirse deslizamientos de tierra, daños en las carreteras y cortes en los suministros eléctricos.
Cerca de 700 soldados trabajan en las tareas de desescombro y ya han rescatado a más de 900 personas, afirmó un portavoz de la Oficina de Emergencia Provincial de Qinghai. Además, otras 5.000 personas, entre militares y personal médico, han sido enviados a la zona.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Civiles anunció en un comunicado que ha enviado 5.000 tiendas de campaña, 50.000 abrigos y 50.000 mantas a la zona.
El comandante del Ejército de Liberación Popular (ELP) de la zona militar de Yushu, Wu Yong, señaló que están instalando tiendas de campaña y transportando oxígeno para ayudar a los heridos, pero "las frecuentes réplicas y los fuertes vientos dificultan las operaciones", así como también el hecho de que "las carreteras que conducen al aeropuerto también han resultado dañadas".
Además, Liu Jie, del Centro de Red Sismológica de China, argumentó que "se pueden producir réplicas superiores a 6 grados en los próximos días".