vitoria. Los menores protagonizaron más de la mitad de las denuncias que se presentaron en Euskadi por desaparición durante el año pasado, con un 55,41% de los casos. En concreto, del total de las 2.806 alegaciones presentadas por este motivo, 1.555 lo hicieron para buscar a los jóvenes que no se encontraban en sus respectivas viviendas. "Hay que tener en cuenta que en la mayor parte de las ocasiones se trata de menores tutelados que desaparecen de los centros en los que se encuentran alojados y que regresan a las pocas horas o días", según informa el Departamento de Interior del Gobierno Vasco.

El retrato de la persona de la que no se tiene rastro corresponde a un varón -el 65,5% de las denuncias- reincidente en darse a la fuga, ya que suele desaparecer varias veces a lo largo del año. Esta situación se da especialmente en los jóvenes acogidos en centros tutelados, quienes tienen problemas de adaptación en el mismo, desavenencias con sus tutores o familiares e, incluso, complicaciones en los estudios.

Habitualmente, ante un caso de desaparición de una persona mayor de edad que, en principio, se ha podido marchar por propia voluntad y se encuentra en plenas facultades psíquicas, la Policía suele esperar unas 24 horas, por si regresa. Cuando no es así y, sobre todo, cuando la denuncia alude a un menor, "la búsqueda se inicia desde el momento cero". Los trámites se inician desde la recepción de las primeras informaciones. "No se puede establecer un protocolo de actuación que sirva para todos los casos. Cada uno de ellos se individualiza teniendo el cuenta el perfil del desaparecido, la edad, el entorno familiar y de amigos, las costumbres y hábitos o la rutinas diarias", explica Interior. A partir del estudio de estos datos se trabaja con las posibles hipótesis.

Lo habitual es que en zona urbana no se ponga en marcha ningún operativo especial. No obstante, las patrullas pueden intensificar la vigilancia en las zonas indicadas, en función de las circunstancias del suceso, como la edad del desaparecido, que tenga una capacidad mental mermada o si existe constancia de que puede estar por las cercanías. En este sentido, se comunican los datos a todos los recursos de la Policía vasca, así como a los diferentes fuerzas tanto locales, como estatales a los que también se les facilita, en la medida de los posible, una fotografía de la persona junto con los detalles acerca de sus características. Este fue el caso del menor huido de su hogar en la localidad vizcaína de Amorebieta. Por la edad y circunstancias de alarma social que originó, se movilizaron desde el inicio todos los recursos ante la posibilidad de que se encontrara incluso fuera del casco urbano, como así ocurrió. Iker E., el chico de doce años que mantuvo en vilo durante la noche del lunes 8 de marzo, finalmente fue encontrado sano y salvo la tarde del martes día 9 en una pista forestal de Lemoa.

En la mayoría de los casos, la situación termina con el hallazgo de la persona. Del total de 2.806 desapariciones del año pasado, se resolvieron prácticamente la totalidad, con un 98,1% de finales felices.

Fuera de esta porcentaje aún quedan investigaciones como la de Nora, una marroquí de 23 años residente en Vitoria, desaparecida el pasado 25 de octubre. La falta de información sobre el destino de esta mujer ha llevado a colectivos feministas a concentraciones para pedir "mayor implicación" de las instituciones en la búsqueda de esta joven.