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Osakidetza deja de realizar pruebas ginecológicas rutinarias a las alavesas

Las pacientes deberán mostrar síntomas o estar dentro de los programas de cribadoAunque esta prestación no se incluya en la cartera de servicios, muchos profesionales la realizaban "motu proprio"

Osakidetza deja de realizar pruebas ginecológicas rutinarias a las alavesasEfe

Vitoria. Osakidetza ha puesto coto a los servicios ginecológicos que oferta en Álava. Las pacientes que a partir de ahora quieran ponerse en manos de su especialista deberán acreditar síntomas de que pueden estar sufriendo alguna patología, requerir controles asociados a los anticonceptivos hormonales o, en su defecto, contar con el volante médico que permite acceder a los programas de cribado de cáncer de mama o cuello uterino incluidos en la cartera de servicios del ente público vasco. Las revisiones rutinarias -asintomáticas- han sido desterradas en los últimos días de las agendas médicas porque no entran en ese catálogo de prestaciones de Osakidetza, una realidad que ha llegado a la provincia pero que no es nueva en la CAV: Los controles también se han eliminado progresivamente de diversas comarcas vizcaínas y guipuzcoanas que todavía los ofertaban.

DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se hizo eco hace alrededor de tres semanas de este controvertido asunto, que ha enfadado y preocupado a un importante número de pacientes del territorio. En concreto, una usuaria del centro de salud de Aranbizkarra I denunció que, para su sorpresa, al acudir a su médico de cabecera para solicitar un volante que le permitiese concertar una cita posterior con su ginecólogo, éste replicó que no podía facilitárselo. "Antes se daba la consulta de año a año y ahora ni siquiera la dan. Vamos para atrás", lamentaba.

La razón no es otra que la dirección de Osakidetza, a fecha de 21 de enero, remitió una nota informativa a todos los trabajadores alaveses que especifica los servicios concretos que el ente público oferta dentro de la especialidad de Ginecología y Obstetricia: El control del embarazo, el parto y el puerperio, la información y seguimiento de métodos anticonceptivos como la píldora, la dispensación de la anticoncepción postcoital, la atención a los problemas ginecológicos y los programas de cribado de los cánceres anteriormente citados. Ni rastro de las revisiones rutinarias.

Según explican fuentes conocedoras de este proceso, que hasta ahora se hayan seguido realizando estos exámenes rutinarios tiene mucho que ver con la buena fe de los profesionales: Aunque no estaban obligados a emitir volantes -en el caso de los médicos de familia- o realizar los controles a las pacientes sanas -en el caso de los especialistas-, "lo hacían motu proprio, por sensibilidad".

Con la clara delimitación impuesta ahora, las pacientes sanas menores de 50 años sólo acudirán al ginecólogo cada tres o cinco años, para realizar la citología de cuello de útero. Las mayores, cada dos años, para someterse a las mamografías. Las revisiones rutinarias, por consiguiente, sólo podrán llevarse a cabo a través de la red privada. "En lugar de avanzar hacia el control de la mujer sana, nos estamos replegando a sostener que está fuera de la cartera de servicios; en Euskadi, las mujeres somos ciudadanas de segunda", denuncia una portavoz sindical.

Los profesionales de Osakidetza consultados por este periódico esconden su identidad al referirse a este asunto, aunque coinciden en mostrar su sorpresa debido a los constantes llamamientos de las autoridades sanitarias sobre la conveniencia de acudir a la consulta del ginecólogo frecuentemente. "Ahora muchas están perdidas y confundidas, y nosotros tenemos que dar las explicaciones", censura un médico de familia.

sobrecarga Otra vertiente que no ha gustado a algunos profesionales de primaria es la "sobrecarga" de trabajo que esta medida ha comenzado a ocasionarles. Si antes el control de la citología la llevaba el ginecólogo, ahora es el médico de familia quien debe evaluarla una vez realizada por la matrona y, en caso de que sea patológica, derivar al paciente al especialista, que antes se encargaba de todo el proceso. Muchos piden explicaciones a Osakidetza, que ha guardado hasta ahora un silencio escrupuloso en torno a este asunto, aunque consideran que esta medida responde a criterios "tanto económicos como de escasez de personal".