santiago de chile. El Gobierno chileno elevó a 147 el número de muertos causados por el terremoto de más de 8 grados de magnitud en la escala Ritcher que sacudió la pasada madrugada el centro y sur de Chile, causando además una gran destrucción.

Esta cifra fue dada a conocer por la directora de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Carmen Fernández, quien añadió que la cifra "puede aumentar en la medida que lleguemos a lugares a los que antes no habíamos podido acceder".

Respecto el número de personas desaparecidas, que algunos medios locales cifran en un centenar, Fernández dijo que se trata de datos "preliminares" que deben ser comprobados, pues en muchos casos los datos son inciertos.

El seísmo se desató a las 03.36 hora local (06.36 GMT), cuando la mayoría de los 17 millones de chilenos dormían, y según los expertos el temblor fue 50 veces más potente que el que devastó a Haití el pasado 12 de enero.

Además, se considera el segundo terremoto de mayor intensidad registrado a nivel mundial en los últimos 20 años, tras el de Sumatra en 2004 y el segundo mayor de la historia del país, desde 1960 en Valdivia, que superó los 9 grados.

Todo el territorio entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía fue declarado zona de catástrofe por el Gobierno.

El Instituto Geológico de EEUU informó que el terremoto alcanzó una magnitud de 8,8 grados Richter y situó su epicentro en la sureña región del Bío Bío, a 500 kilómetros de Santiago y a unos 90 kilómetros al sureste de Concepción, la capital regional.

Sin embargo, el Instituto Sismológico de la Universidad de Chile dijo que el seísmo alcanzó los 8,3 grados Richter y localizó el epicentro en la costa, a 63 kilómetros al suroeste de la ciudad de Cauquenes, en el límite entre las regiones del Bío Bío y del Maule, más al norte.

En cualquiera de los casos, el temblor recordó a los chilenos que viven en uno de los países más sísmicos del planeta.

zona catastrófica La presidenta chilena, Michelle Bachelet, que llegó a la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) pocos minutos después del sismo, viajó a la región del Maule poco antes del mediodía, para conocer sobre el terreno los efectos del fuerte terremoto.

Su sucesor y presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, anunció que destinará el 2% del presupuesto público para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto y estimó que la cifra de muertos ya supera el centenar, a pesar de que la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) mantiene en 82 el número oficial de víctimas.

El Ejecutivo chileno de inmediato comenzó a confeccionar un registro de los daños materiales, que incluyen caída de puentes y pasarelas peatonales en las autopistas que comunican Santiago con el norte y sur del país.

Las autoridades recomendaron a los chilenos no viajar, salvo por estricta necesidad, mientras las ciudades, incluida la capital, permanecían casi paralizadas.

En Santiago de Chile no funcionaba el ferrocarril subterráneo y el transporte de superficie era escaso y el aeropuerto internacional fue cerrado debido a algunos daños en la torre de control y terminal de pasajeros.

En principio se dijo que el aeropuerto estaría cerrado 24 horas, pero más tarde se extendió la medida a 48 horas y fuentes aeronáuticas no descartaron una nueva prórroga de la paralización.

A nivel local, se suspendió el fútbol del fin de semana y la jornada de clausura del Festival de Viña del Mar.

El terremoto se extendió por más de 800 kilómetros de la geografía chilena, con intensidades de hasta 9 grados en la escala internacional de Mercalli, que va de uno a doce, según las autoridades.

Hasta las 12.00 hora local (15.00 GMT), se habían registrado más de una veintena de réplicas, la mitad de magnitud superior a 5 grados Richter.

El seísmo provocó que la mayoría de los países del Pacífico lanzaran alertas de tsunamis, algo que la Marina chilena descartó, pese a que hubo algunos episodios de marejadas en algunas localidades.

En el archipiélago de Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa, una ola de 7 metros se abatió sobre parte de una localidad, donde lugareños dijeron a emisoras de radio que había tres desaparecidos.

También olas de considerable altura dañaron algunas viviendas en la localidad de Iloca, en la región del Maule y en Isla de Pascua, pese a estar a 3.600 kilómetros de la zona afectada, las autoridades locales dispusieron una evacuación.