Vitoria. Los primeros arrebatos del vendaval no tardaron en llegar. A las 11.30 horas se registraban vientos de 110 kilómetros por hora en la capital. Provocaron durante momentos puntuales de la jornada ramas quebradas, ventiscas acompañadas de lluvia intermitente escupida con violencia por unas nubes saturadas de oscuridad, contenedores de basuras recorriendo aceras y carreteras amparados en la fuerza de Eolo, persianas zarandeadas como si fueran papel y peligro, mucho peligro. La tarde de ayer avisó de lo que llegará hoy y, sobretodo, mañana. Nada más y nada menos que un ciclón de consecuencias impredecibles que amenaza con despeinar estos lares con su impronta, que podría alcanzar los 150 kilómetros por hora en Álava. Se espera lo peor para la tarde del sábado. Y, a tenor de las previsiones, lo que llegue será virulento y duro de soportar con un viento del sur sólo visto en ocasiones muy puntuales, como la acaecida hace 13 meses cuando el hermano mayor del actual fenómeno huracanado, conocido como Klaus, prorrumpió con fuerza en la CAV dejando millones de pérdidas en destrozos.
La situación que dictan las isobaras no deja lugar a dudas. La borrasca que ya está aquí es susceptible de activar todas las mesas de crisis de las instituciones competentes a la hora de capear el temporal. En principio, desde el Departamento de Interior del Gobierno Vasco ya han decidido encender el piloto rojo en el panel de alarmas, que es el de mayor rango a la hora de anunciar fenómenos meteorológicos adversos. Y una ciclogénesis o bomba meteorológica implica un claro riesgo para la población y para la sociedad en general, ya que puede acarrear daños materiales que pueden ser elevados.
Molestias variadas Eso significa, traducido en molestias para los vecinos de la provincia, que hoy tendrán que soportar vientos que puntualmente podrán alcanzar los 120 kilómetros por hora y que mañana será mejor quedarse en casa con las ventanas y persianas cerradas. Las consecuencias derivadas de este fenómeno se traducirán durante la tarde del sábado y la madrugada del domingo en la aparición de vientos de componente sur fuertes, con rachas muy fuertes.
En concreto, según el Instituto vasco de Meteorología, Euskalmet, el País Vasco (especialmente Álava) podría verse afectado el sábado por la llegada de una "depresión profunda". El caso es que mañana se esperan rachas que podrían azotar este territorio a una velocidad de 150 kilómetros por hora. Será entonces -entre las 15.00 y las 3.00 horas del domingo- cuando la actual borrasca que afecta al territorio podría mutar hasta convertirse en una ciclogénesis explosiva. Es decir, si al final sucede lo previsto, los vientos transformarán su carácter en huracanado y soplarán con fuerza inusitada, especialmente en zonas de altura. Tampoco se librarán de los efectos eólicos la muga vizcaína y el resto de la cornisa cantábrica. No en vano, el epicentro de este fenómeno se situará en Galicia y recorrerá el norte del Estado.
Sea como fuere, lo cierto es que en zonas de montaña se podrán producir rachas superiores a los 150 kilómetros a la hora, mientras que en el resto del territorio, especialmente en la Llanada alavesa y en el oeste de Bizkaia, se podrán superar los 120. Por todo ello, el Departamento vasco de Interior decidió ayer activar el Plan de Protección Civil ante la previsión de que el sábado se produzca el citado fenómeno.
No obstante, la meteorología es una especialidad que varía a la misma velocidad que las condiciones que estudia. Por ello, desde el Ejecutivo autonómico se recuerda que las "ligeras" variaciones en la profundidad y en la trayectoria del ciclón pueden modificar las previsiones de forma considerable y su grado de afección, por lo que recomienda estar al tanto de la evolución del episodio a través de los pronósticos que Euskalmet.
Por su parte, el Ayuntamiento de la capital alavesa también informó ayer de la adopción de una serie de medidas para evitar daños por culpa del viento. El Consistorio destacó la petición de retirar de balcones y ventanas, todas las macetas y jardineras; así como el mobiliario de las terrazas y otros elementos.