Vitoria. La proliferación de patologías asociadas al envejecimiento poblacional exige trabajar con empeño en la investigación, un mundo "inabarcable" al que Anitua ha dedicado 30 de sus 53 años de vida. A juicio del especialista, el descubrimiento del plasma rico en factores de crecimiento (PRFG) permite soñar, con los años, con la curación de enfermedades degenerativas graves como la artrosis.
¿Hacia dónde se dirige la medicina regenerativa?
Estamos trabajando e investigando con los factores de crecimiento cerca de 15 años. Hemos sido pioneros a nivel mundial a la hora de utilizar la capacidad de autofarmacia del organismo como fuente de regeneración de tejidos. Nuestras propias células y proteínas son un plus para tratar casos extremos, problemas de una extraordinaria relevancia social que van desde la regeneración de la piel para pacientes diabéticos o con úlceras, hasta la artrosis. El mundo de la investigación es inabarcable.
¿Siguiendo en esa línea, se podría llegar en un futuro a la curación de enfermedades crónicas graves?
A día de hoy, no podemos hablar de la curación de la artrosis, pero sí de un desarrollo más lento y, en algunos casos, de parar su evolución. Pero de cara al futuro, no hay que dejar de soñar. Las décadas pasadas fueron las de los trasplantes de órganos, y hoy en día España es el país más importante del mundo en la materia. Pero el reto siguiente, a todos los niveles, debería ser que en vez de tener que trasplantar un órgano seamos capaces de regenerarlo. Estamos trabajando en proyectos de investigación en todas esas líneas. La regeneración de los nervios periféricos es una de ellas.
¿Podría destacar sólo uno de los avances en investigación logrados en los últimos años?
En el área de la implantología oral, sin duda, el desarrollo de técnicas mínimamente invasivas. Por ejemplo, poner un implante y regenerar el hueso de alrededor con anestesia local. O quitar una muela y que la cavidad que quede se rellene de hueso en un tiempo récord. Lo más importante no es sólo que se acorte el tiempo, sino que la evolución sea normal, sobre todo en pacientes de riesgo como fumadores o diabéticos. El uso de factores de crecimiento autólogos con las células madre ha sido el mayor avance en terapia regenerativa del mundo. Hemos puesto a Vitoria en el liderazgo mundial.
El envejecimiento demuestra que estas técnicas en un futuro van a ser más que relevantes.
Es una realidad. Si hace 15 años la edad media de fallecimiento era los 58 años, ahora la hemos aumentado 2 años, y esto va a ir in crescendo. Porque los hábitos de vida van a ser más saludables. La gente empieza a ser consciente de que fumar no está de moda, sino que es una barbaridad desde un punto de vista biológico. Y también sabe que llevar una higiene de vida es fundamental, porque nos va a permitir alargar las expectativas y la calidad de vida.
El problema es que no todos adoptan estas medidas.
Debemos hacer un papel pedagógico importante con la población. Los propios niños deberían enseñar a sus padres que no es sano que fumen o que coman exceso de grasas.
La investigación es su baluarte, ¿pero se fomenta lo suficiente aquí?
Euskadi, con Cataluña, se encuentra a la cabeza de todo el Estado en este ámbito. Podemos sentirnos moderadamente satisfechos, pero al mismo tiempo debemos ser conscientes de que la investigación es el reto de este país. Y que no puede ser que nos hayamos dedicado durante años a fabricar lo que investigaban otros. Ahora somos una potencia en este campo, pero hay un terreno de trabajo enorme por delante. Éste es el reto para las próximas generaciones. Me gustaría que les dejásemos un camino un poco más allanado que el que hemos tenido nosotros.
Se debería potenciar más, en cualquier caso.
Eso es incuestionable. A los niños se les tiene que ir despertando la curiosidad desde pequeños. Y luego, sin lugar a dudas, crear estructuras en la universidad para que puedan desarrollar esa curiosidad. Los que nos dedicamos a investigar somos curiosos profesionales, personas inconformistas a las que no nos han gustado las explicaciones, que hemos querido buscar otras y quizá hemos encontrado respuestas.
¿Qué papel deberían jugar las instituciones?
Ya han empezado a tomar conciencia y a darse cuenta de que hay proyectos innovadores que se hacen aquí, que hay ingenio. Lo que no hay muchas veces son medios e infraestructuras. Para nosotros lo más difícil y duro ha sido crearlas.
¿La medicina regenerativa también entiende de crisis?
La salud no entiende de crisis, sino que la crisis la pagamos con nuestra salud. Si la economía no está boyante, los programas de investigación se reducen, pero éste es uno de los últimos sectores que deberían tocarse. Cuando vienen épocas complicadas, hay que echarle imaginación y, sobre todo, horas. Éste ha sido un país en el que mucha gente pensaba que la calidad de vida era trabajar cada día menos; pero ahora, con la crisis, debemos saber que igual nos toca empezar a trabajar un poco más y arrimar el hombro. La constancia es el mayor valor. No conozco a nadie que consiga destacar en su profesión, ser brillante, trabajando ocho horas al día. Todos pasan de las doce.