vitoria. Anitua no esquiva ninguna pregunta sobre la realidad del sistema sanitario público. El especialista aboga por que se reconozca el trabajo de los profesionales. Y, sobre todo, por acometer grandes inversiones para renovar los hospitales: "Contar con las mismas infraestructuras de hace 30 años es penoso".

¿Sería sostenible incluir la odontología en la cartera pública de servicios sanitarios?

Sería muy costoso. Y, de hecho, en los países que se ha incluido ha sido un rotundo fracaso, como Inglaterra o Francia. Hay una razón fundamental: en el mantenimiento de la salud oral, depende mucho la persona. No podemos tener una enfermera que nos venga a lavar los dientes a todos a casa. Es un problema de educación, y aquí hay que hacer un enorme trabajo. Afortunadamente, hoy en día se están desarrollando técnicas cada vez más avanzadas, pero muy costosas. El problema de los cuidados odontológicos es que el 100% de la población los necesita, y eso tiene un grandísimo coste.

¿Cómo es la salud del sistema sanitario público en Euskadi?

El servicio de salud tiene unos médicos extraordinarios a los que no se les valora lo suficiente. Es una profesión extremadamente exigente, en la que uno es médico desde que se levanta y hasta que se acuesta los siete días de la semana. Los médicos gozan de una buena salud, pero el sistema siempre es mejorable. Es muy importante no sólo invertir en infraestructuras o carreteras, sino también en hospitales y médicos. Soy de los que piensa que los hospitales, cada veinte años, habría que tirarlos para construir otros nuevos. En ese tiempo, la medicina ha evolucionado tanto que los centros no son reconvertibles. Igual se pueden salvar las paredes, pero hay que tirarlos enteros por dentro. Por otra parte, la parte hotelera de los hospitales deja muchísimo que desear.

¿Qué opina de la dotación de equipamientos sanitarios en Vitoria?

Los hospitales hay que sacarlos del centro de la ciudad. Estamos gastándonos fortunas en reparar un coche viejo, por lo que siempre tenemos un coche viejo reparado que no cumple sus expectativas. Txagorritxu y Santiago son los mismos hospitales que teníamos hace 30 años, pero tuneados. No tienen parkings, no están adecuadamente aislados, carecen de los sistemas de calefacción que deberían. Tenemos que ser más ambiciosos en estas infraestructuras. Tecnológicamente se diseña diferente que antes, no sólo es que se estén cambiando internamente los quirófanos.

¿Ve necesario construir un tercer hospital en la ciudad?

Creo que habría que hacer un nuevo hospital y tirar y renovar por completo uno de los dos ahora existentes. Contar con las mismas infraestructuras de hace 30 años es penoso. Vitoria necesita dos hospitales de agudos y otro de crónicos, así estaría bien atendida. Pero habría que hacerlo casi todo nuevo, apostando por el futuro. Si prorrateamos la inversión en un hospital en 20 años, nos daríamos cuenta de lo buena que sería. Dos hospitales de agudos y uno de crónicos, sí, pero del primer mundo.

¿Apuesta por alguna zona de Vitoria para hacer el nuevo hospital?

La ubicación de Txagorritxu tiene sentido, pero la de Santiago es tercermundista. Es un hospital sin parking, que tiene ruido, que si llega una ambulancia se molesta a todo el mundo. Está inventado que los hospitales deben estar en la periferia de las ciudades.

Habla Rafael Bengoa de reformar el sistema para enfocarlo en el paciente crónico y la atención domiciliaria. ¿Difícil ponerlo en práctica?

Nada es fácil, pero ésa es la medicina del siglo XX. Para conseguir cualquier objetivo primero hay que planteárselo. Y estoy convencido de que un paciente al que se le practica una cirugía va a valorar mucho más su cama que el mejor hotel de Vitoria.

¿Qué le dice la acuciante carencia de médicos?

El trato que se ha dado a la medicina es preocupante, porque en su día se desmotivó y desincentivó a la juventud para que no estudiara. Somos un país rico que ha vivido como uno de nuevos ricos, donde no se valora el esfuerzo y el que trabajaba 10 horas era tonto. Pero la medicina exige una dedicación plena.

¿En qué especialidades el déficit le parece más preocupante?

Hacen falta anestesistas, especialistas en geriatría... Pero, sobre todo, muchos médicos que se dediquen a la investigación, que tengan esa doble faceta. La investigación traslacional es otro de los retos más importantes del futuro.