Vitoria. La cuenta atrás para que la prohibición de fumar en todos los espacios públicos de Euskadi se haga efectiva ha comenzado. El Gobierno Vasco pretende acelerar al máximo este proceso y convertir a la CAV en la primera comunidad del Estado que endurezca la tibia legislación actual. De hecho, Gemma Zabaleta y Rafael Bengoa, responsables de las carteras de Asuntos Sociales y Sanidad, ya hicieron pública en octubre su intención de remitir al Parlamento de Gasteiz la modificación de las medidas contra el consumo antes del próximo julio. A poco más de cuatro meses de que la vigente Ley antitabaco comience a convertirse en historia, este periódico ha abierto el debate entre los hosteleros de la ciudad y sus clientes habituales, extrayendo una clara conclusión: La división de opiniones al respecto continúa siendo un hecho.

Bares, cafeterías, restaurantes o pubs pasarán a ser en pocos meses espacios libres de humo, lo que ha generado una marea de reacciones tanto a favor como en contra entre la ciudadanía. Todas las posturas conviven en los corrillos: Las de los fumadores contrarios a la reforma y las de los no fumadores que se muestran favorables. También, las de los adictos al tabaco que no ven con malos ojos la nueva ley y las de los que no consumen pero prefieren seguir como hasta ahora. Pocos estos últimos, pero también los hay.

Una de las mayores polémicas surgidas hasta el momento fue la intención de Lakua de prohibir el consumo de cigarros también en los txokos, aunque finalmente el Gobierno Vasco reculó y permitirá fumar en estos espacios siempre que los socios así lo decidan. No pasará lo mismo en el resto de locales, donde el humo quedará totalmente desterrado como ya sucede en un amplio número de países europeos.

Con la implantación de la nueva ley de forma generalizada, el Ejecutivo de Patxi López pretende evitar que el impacto sobre el sector hostelero "sea perjudicial", porque jugando todos en igualdad de condiciones la ciudadanía "mantendrá sus hábitos de consumo".

En este diagnóstico coincide Ernesto Aldama, propietario del céntrico bar que lleva su apellido como nombre. "Me parece bien porque la prohibición será para todos los locales y así no se va a discriminar. La nueva ley beneficiará a todo el mundo, porque dejaremos de tragar humo constantemente. Antes se veía normal fumar en las salas de espera de los hospitales", recuerda este hostelero no fumador, aunque en su bar, como en la mayoría de los establecimientos públicos de Vitoria, sí se permita. "La opción de ser un bar de no fumadores la hemos teido siempre, pero claro, a ver quién daba el paso", reconoce al ser cuestionado sobre la merma de clientes que, a priori, afectará a los locales. "Un poco de incertidumbre sí hay por la reacción de la gente, aunque fumar no deja de ser una cuestión de hábito", reflexiona.

voces contrarias El encargado del pub O"Connors, Raúl de las Heras, tiene una opinión radicalmente contraria a la de su colega. "Fumador empedernido", considera "injusta" la nueva ley antitabaco no sólo con los amigos del humo y su sector, sino incluso con los vecinos que residen sobre pubs nocturnos y discotecas. "Va a ser perjudicial sin duda, y no sólo con los hosteleros; porque toda la gente saldrá a fumar a la calle y habrá jaleos importantes", argumenta Raúl. A su juicio, deberían existir en el futuro próximo "lugares tanto para fumadores como para los que no lo son, igual que ahora".

Otras dos opiniones contrarias a la nueva legislación las aportan Marcela Bermúdez, propietaria del restaurante Antiguo Felipe, y Sara Gómez, desde el bar Txistu del Casco Viejo. A la primera, quien considera probado que "las ventas bajarán mucho" en los locales hosteleros, le asaltan numerosas dudas respecto al endurecimiento de la ley: "No entiendo esta prohibición, porque el tabaco da muchos beneficios al Gobierno para temas de salud y pensiones; si se prohíbe fumar, ¿por qué no se prohíbe también la venta de cigarrillos?", se pregunta. Marcela cree que "no existe cultura ciudadana" en Gasteiz para evitar que la gente fume en los bares. Y tampoco se imagina "a toda la clientela fuera del bar" con sus respectivos pitillos. A su juicio, locales como el suyo que no tienen posibilidad de sacar una terraza a la calle saldrán todavía más perjudicados. "Los que sí la tengan salvarán por lo menos en verano, ¿pero el resto?", vuelve a cuestionar.

con el termo Por su parte, Sara ve "horrorosamente mal" esta reforma legal en la que Euskadi será avanzadilla. "Cada persona tendría que elegir lo que quiera hacer en su local, porque supuestamente está en su casa", valora. La hostelera cree que fumar en los bares, al menos en Euskadi, "es algo cultural, asociado al txikiteo", y también considera "absurdo" que la gente salga a consumir sus bebidas a la calle para poder fumar. "Veremos qué pasa, pero ya veo a la gente yendo con el termo de café encima y tomándoselo fuera de los bares", bromea.

Desde otro restaurante, el Zabala, Sandra Parniuk pone voz a ese colectivo de fumadores partidarios del endurecimiento de la legislación. "Será mejor para todos, tanto por salud como por economía. Al principio nos costará a todos, será complicado, pero no queda otra que acostumbrarse", justifica.

La diversidad de opiniones que genera la nueva ley se demuestra a la perfección con Fernanda y Tania, ambas camareras en el cercano Virgen Blanca. "Me parece muy bien la ley, porque los fumadores no respetan a quien tienen al lado", apostilla la primera. "Me parece fatal, una vergüenza; ¿nos cobran esos impuestos por el tabaco para que luego lo prohíban?", protesta la segunda.