Vitoria. Aunque el número de llamadas que el Teléfono de la Esperanza y Amistad de Álava recibió el año pasado aumentó de forma sustancial -con un 40% más- este incremento no es sinónimo de inversiones y ayudas que agilicen las tareas de los empleados. Y es que los socios y trabajadores de este servicio lo único que ven verde ahora es su futuro, en peligro hasta el punto de que dudan que en mayo, fecha de su trigésimo aniversario, logren soplar las velas.
Por esta razón, la Asociación Teléfono de Esperanza y Amistad de Álava denunció ayer que el Departamento de Bienestar Social de la Diputación no va a renovar este año el convenio dirigido a los programas de escucha. "Alegan la existencia de otros recursos sociales para la atención de las personas a las que se dirigen estos programas, algo que desde nuestro punto de vista es incierto", critican. A su juicio, la denegación de ayudas es la circunstancia que agrava "la difícil situación económica de nuestra asociación y la continuidad de su funcionamiento".
Por esta razón, la Junta Directiva se ve obligada a tomar una serie de decisiones de carácter económico y funcional. "Tenemos que rescindir los contratos de dos trabajadoras y la limitación o reducción de los horarios de atención en el caso de que no haya voluntarios suficientes que los cubran".
En consecuencia, la asociación explica que tan sólo queda una persona subvencionada por la Diputación para atender el programa de Atención Telefónica Domiciliaria (ATD) y otra más que tendrá un contrato de media jornada para ayudar a descolgar el teléfono. "Esta situación no podrá ser mantenida más allá de unos pocos meses, que serán los que tardaremos en consumir nuestros ya escasos recursos".
Como mínimo el Teléfono de la Esperanza necesita 33.000 euros para poder hablar con los que se sienten más solos, con la misma plantilla de 2009. "Ésa es la cantidad que nos reportaba el convenio con Diputación para que funcionaran los dos turnos de mañana y tarde".
Treinta velas La Asociación también tiene otro deseo que cumplir para dentro de tres meses: poder celebrar trabajando el aniversario del Teléfono. Y es que el verde esperanza que hasta ahora garantizaban a sus usuarios con sólo llamar a su número se ha convertido también en el último recurso al que pueden aferrarse los socios y trabajadores. "En mayo trataremos de conmemorar los treinta años de nuestra existencia. Esto nos ha planteado si podremos seguir otras tres décadas, dadas las dificultades económicas que vamos atravesando año a año".
Y es que ellos también recuerdan las deudas que tienen. "Tenemos que abonar a finales de marzo a la Caja Vital 30.000 euros. Disponemos de 22.500 euros que hemos depositado en una cuenta de crédito, pero nos faltan por cubrir 7.500 euros para saldarla por completo".