Vitoria. La falta de candidatos para ocupar los puestos de dirección de los centros educativos sigue siendo un problema sin solución. Actualmente, el 70% de las escuelas e institutos cuentan con un responsable nombrado de forma obligatoria por la Administración, lo que repercute en la calidad del trabajo de todo el equipo directivo, según refleja un estudio elaborado por el Consejo Escolar de Euskadi.

El desgaste entre el colectivo es más que considerable, ya que llevan años esperando medidas que hagan más atractivo un puesto de trabajo que carece de prestigio y reconocimiento social. La plantilla de maestros de los centros escolares públicos tiene muchas aportaciones que hacer para que surjan candidatos que quieran tomar las riendas de la dirección, pero propone empezar por algo muy concreto: que los directores queden exentos de impartir clase.

Según el estudio elaborado en 2009, y en el que participan también las asociaciones de directores de Primaria (Sarean) y de Secundaria (BIHE), la mayoría pone de manifiesto que no dispone de tiempo suficiente para responder a todas las tareas relacionadas con la organización de un centro. La responsabilidad de los equipos directivos es cada vez mayor, y pese a ello, la mayoría tiene que dedicar parte de su horario de trabajo a la docencia.

Otra demanda muy común es la falta de autonomía. Es a los despachos de los directores a donde van a parar todo tipo de quejas, desde la avería de un lavavajillas hasta un caso de agresión. Sin embargo, carecen de un margen de maniobra suficiente para tratar de resolver los problemas que surgen a diario. El Departamento vasco de Educación ha tratado de llevar a cabo algunas modificaciones normativas para potenciar la figura de los directores. Así, en los casos de acoso escolar o bullying, el responsable está capacitado para expulsar directamente a un alumno del centro. Sin embargo, la medida se considera insuficiente. De hecho, consideran que un mayor nivel de autonomía vendría por tener una mayor capacidad de cara a la contratación de personal tanto docente, como laboral.

Este descontento general hace que en tres de cada cuatro centros educativos no haya candidatos cada vez que toca renovar el equipo directivo. Según opinan los propios profesionales, la estabilidad que propicia una elección voluntaria guarda una estrecha relación con el éxito o el fracaso de un centro. Así, la situación se vuelve todavía más complicada en los institutos. A diferencia de las escuelas, donde los directores deben permanecer en su cargo tres años, en estos centros de Secundaria las renovaciones se producen año a año.

Los incentivos económicos no contribuyen a que los profesores cambien de actitud. Los docentes que asumen esta responsabilidad cobran en torno a los 200 euros más al mes que el resto de sus compañeros; una cantidad irrisoria para la mayoría de ellos, que coinciden en que no compensa para los grandes quebraderos de cabeza que sufren. El Consejo Escolar de Euskadi destaca la falta de formación de buena parte de los equipos directivos. De hecho, el 40% de los directores, en este momento, tiene una experiencia máxima de dos años, una proporción que en el caso de los jefes de estudio aumenta hasta el 60%. "En estas condiciones es muy difícil que el ejercicio de la dirección resulte operativo", se añade en el estudio.

Por este motivo, plantean la puesta en marcha de un plan de formación que se haga extensivo a todos los equipos directivos en ejercicio. Entre las recomendaciones que realiza el consejo, además de regular una política de incentivos que haga atractivo el ejercicio de la dirección escolar, también se pone de relieve la necesidad de dotar de mayor personal administrativo a los centros públicos de Infantil y Primaria.