hondarribia. "Menudo susto que nos han dado", repetía una y otra vez el escultor Néstor Basterretxea, aún impactado por lo sucedido. A las 10.30 horas, cinco hombres armados habían asaltado su vivienda, un caserío de la zona de Jaizubia, junto al golf de Hondarribia, y lo habían maniatado. No se habían llevado ninguna de sus obras, ni tampoco otras cosas de gran valor, pero sí habían hecho vivir a sus víctimas uno de los peores episodios de sus vidas. "El disgusto ha sido tremendo porque, en ese momento, no sabes lo que va a pasar", comentaba el escultor, con el miedo aún en el cuerpo. Según precisó, no robaron "casi nada" porque, sencillamente, se habían "equivocado". "Buscaban droga", aseguró.

"Eran cinco hombres fuertes, más altos que yo y sudamericanos. Han llamado al timbre y han preguntado a la chica que les ha abierto cuánta gente había y dónde estaba. Ella se ha asustado y ha gritado pero, antes de que pudiéramos bajar a ver qué pasaba, han subido y han empezado a preguntar dónde estaba la droga", detallaba el artista de Bermeo.

"¿Pero qué droga? Si aquí no hay droga", había respondido él insistentemente. "El caso -prosiguió- es que nos han maniatado y nos han echado al suelo. No nos han golpeado, pero sí nos han violentado. Ha sido dramático. Desde luego, yo he sentido una gran impotencia. Estaba totalmente superado".

su mujer y dos asistentas En esa primera persona del plural, el escultor incluía a las otras tres personas que estaban con él en el momento del incidente: su mujer, que se encuentra en silla de ruedas y a la que no maniataron por ese motivo, y dos asistentas -una de las cuales había abierto la puerta-, que sí recibieron el mismo trato que él. "Yo tenía miedo de que, efectivamente, pensaran que había droga y nos hicieran algo. Pero tenía claro que se habían equivocado", subrayaba Basterretxea.

Según afirmó, la situación se prolongó durante bastante tiempo. "Han estado cerca de 20 minutos, hasta que uno de ellos ha preguntado al resto si no se habrían equivocado de casa. Y así ha sido. Se habían equivocado", agregaba en sus palabras.

Al percatarse de ello, los asaltantes abandonaron la vivienda, no sin antes robar algunas pertenencias. "Se han llevado cuatro cosas, pero nada de gran importancia. Venían a por otra cosa", indicaba en referencia a la droga. Tampoco desapareció ninguna de sus obras. "Las habrán visto y habrán pensado "esto no lo vendemos que no sirve para nada", bromeaba en un intento de superar la situación. En su opinión, los ladrones no conocían su identidad ni, por tanto, el valor de sus creaciones.

Al abandonar la vivienda, los asaltantes cortaron la línea de teléfono y sustrajeron varios móviles, pero olvidaron uno. "Gracias a él hemos podido avisar a la Ertzaintza, que ha venido enseguida", confesaba Basterretxea.