vitoria. El 60 % de los pacientes que tienen que ser tratados en una Unidad de Medicina Intensiva (UMI) sufre al medio año un deterioro significativo en su salud y calidad de vida. Ésta es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por el doctor Sebastián Iribarren, del hospital de Txagorritxu.
El especialista ha estudiado la situación de 377 pacientes ingresados en la UMI del Hospital Txagorritxu durante los ejercicios 1999-2000, con un seguimiento de un año después del alta.
Según los resultados obtenidos, la mortalidad hospitalaria del grupo de pacientes fue del 24,9 %, y, un año después, la mortalidad acumulada era del 40,8 %, es decir, morían cuatro de cada diez. En el informe, la mortalidad hospitalaria se asociaba con una estancia en un centro de salud de este tipo, previa al ingreso en la UMI, superior a dos días o con la gravedad de la enfermedad que ocasiona el ingreso en la UMI, entre otros factores.
Además, Iribarren ha observado que existe un deterioro, clínica y estadísticamente significativo, en la calidad de vida relacionado con la salud a los seis meses del alta en la UMI en un 60 % de los pacientes. Esta circunstancia afecta, sobre todo, a las actividades de la vida diaria (ejercicio laboral, caminar, capacidad de realizar esfuerzos,...) A pesar de esta realidad, la mayoría de los pacientes siguen siendo autosuficientes.
Por último, el documento concluye que el deterioro de la calidad de vida relacionada con la salud es más acentuado en aquellos que ingresan tras sufrir un politraumatismo, sufren fracaso renal o una estancia superior a 10 días en la Unidad de Medicina Intensiva.
Sin embargo, aquellos con una calidad de vida previa ya muy deteriorada o que padecían enfermedades crónicas mostraban un menor deterioro de su calidad de vida previa.