BRUSELAS. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea ofrecieron hoy 7.200 millones de euros para ayudar a los países pobres a recortar sus emisiones durante el periodo 2010-2012 (es decir, 2.400 millones al año). El objetivo de esta iniciativa es desbloquear las negociaciones de la cumbre de Copenhague, sumar a los países pobres, y lograr así un acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático que sustituya al protocolo de Kioto.

La contribución de la UE constituye un tercio de lo que la Comisión ha calculado que será necesario para financiar la lucha contra el cambio climático durante los tres primeros años tras la cumbre de Copehnague (en total, 21.000 millones de euros). El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, dijo que esta oferta confirma el "liderazgo" de la UE en la lucha contra el cambio climático y pidió al resto de socios internacionales que realicen aportaciones similares.

Por su parte, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, aseguró que esta oferta "supera lo que podía esperarse de la UE". "Esperamos que ahora otros igualen nuestras cifras y nuestra ambición", afirmó.

Reinfeldt, aseguró que todos los Estados miembros realizarán aportaciones a este fondo, pese a que eran voluntarias. En la fase final de las negociaciones, cinco países se resistían a contribuir alegando su mala situación económica, según explicaron fuentes diplomáticas.

Francia, Reino Unido y Alemania anunciaron que aportarán 1.200 millones de euros en total los tres años (400 millones al año). Por su parte, España contribuirá con 300 euros, mientras que Suecia ha anunciado que destinará 800 millones.

Los líderes europeos reiteraron su oferta de aumentar del 20% al 30% su objetivo de reducción de emisiones de aquí a 2020 en relación con los niveles de 1990 "siempre que otros países desarrollados se comprometan a reducciones de emisiones comparables y que los países en desarrollo contribuyan suficientemente con arreglo a sus responsabilidades y capacidades respetivas".

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, defendieron de nuevo que la UE debería aumentar ya su oferta al 30% que se convierta en jurídicamente vinculante al cabo de 6 meses.

Ambos aseguraron que todos los países de la UE se acabarán sumando a esta iniciativa, aunque de momento la mayoría de Gobiernos cree que todavía no es el momento de mejorar la oferta porque consideran que ni EEUU ni China han realizado avances comparables.