Tras escuchar el domingo al diputado general, Xabier Agirre, la ausencia en su discurso de valoraciones sobre la situación política que se vive en Euskadi marcó la reacción de buena parte de los grupos de la oposición, en especial las del PSE y el grupo mixto (antigua ANV). Los primeros celebraron este hecho y, en palabras de Txarli Prieto, lo asociaron a que Agirre "parece haber entendido muy bien lo que significa cambio en el País Vasco, porque ha seguido la lectura de su discurso político con una notoria ausencia de todo lo relativo a cuestiones identitarias". Los segundos, en cambio, censuraron esa inexistencia de valoraciones políticas, "olvidos" que se explican porque el Ejecutivo "no quiere hacerle sentir incómodo a Txarli Prieto", en palabras de Aitor Bezares.
Ayer, en sus respectivos turnos de réplica al diputado general, ambas formaciones reavivaron un debate del que, finalmente, casi ningún grupo con representación en las Juntas se resistió a abstraerse. Como si se tratase de un debate de política general celebrado en el Parlamento Vasco, el último resultado electoral en los comicios autonómicos y el mapa político generado tras el pacto entre PSE y PP se situaron como telón de fondo en muchas de las confrontaciones dialécticas que se escucharon.
"¿estamos en burgos?" Bezares prendió la mecha en la primera de sus intervenciones, preguntando a Agirre por las razones que le llevaron en su discurso del domingo a omitir consideraciones políticas. "Si estuviésemos en la Diputación de Burgos, hubiésemos oído palabras similares", criticó el portavoz de la izquierda abertzale.
Aludiendo a las detenciones de miembros de la organización juvenil Segi o al delirante suceso acaecido en Leitza el domingo, advirtió de que a su formación cada vez se le hace "más difícil diferenciar el suyo de otros gobiernos anteriores". Txarli Prieto (PSE), posteriormente, aludió a los valores de "pluralismo" y "transversalidad" al referirse al cambio político que su partido, de la mano del PP, ha encabezado en el Ejecutivo Autonómico.
Una coyuntura que, a la vista de los últimos acontecimientos -el pacto presupuestario o la ruptura del tripartito-, también trasladó a la realidad foral alavesa. "La política vasca ha entrado en una senda de respeto y eficacia que proporciona mucha estabilidad institucional en todos los niveles, y que también se vive en esta Diputación y en estas Juntas Generales", valoró Prieto, quien además llegó a cuestionar la identidad vasca del diputado general basándose en lo que jurídicamente establece la Constitución española.
Agirre censuró durante su primera contestación a Bezares la tutela que ejerce ETA sobre la izquierda abertzale ilegalizada y calificó, contestando a Txarli Prieto, de "antinatura" el cambio propiciado en el Ejecutivo. "Las elecciones autonómicas no han reflejado un cambio en la sociedad. No ha cambiado la estructura general del voto, pero sí el mapa político, con un pacto ni querido ni deseado en Euskadi. Un pacto absolutamente imprescindible para el Estado, pero antinatura", insistió el diputado general.
También se refirió Agirre a la presencia de su formación en la manifestación de protesta contra la detención de destacados miembros de la izquierda abertzale en Donostia hace unas semanas, un acto de "defensa de la pluralidad" que Prieto había calificado antes como "hacer el coro a quienes no condenan la violencia".
Agirre se mostró taxativo en este sentido: "No tengo la necesidad de proclamarlo diariamente. Soy abertzale y mi Gobierno también lo es, pero siempre hemos estado contra la violencia", argumentó el diputado.
EA también calificó el acuerdo entre PP y PSE como una fórmula para "profundizar la división política", mientras el PNV denunció un cambio gestado "no a instancias de la sociedad". Además, el jeltzale Roberto González Muro denunció al PP porque "amparándose en ese mismo pacto, ha pretendido mediante un atajo -la moción de censura- obtener el Gobierno de la Diputación sin importarle la estabilidad institucional", lo que ha incidido en el "aislamiento político" de la formación conservadora.
El último rifirrafe dialéctico se produjo en la recta final del debate. Javier de Andrés se refirió a que "las mayorías que había antes no eran democráticas -en el Parlamento Vasco-", lo que provocó una encendida reacción del diputado general reprobando las palabras del portavoz popular.