Vitoria. Los datos son más que elocuentes, y eso que buena parte de la violencia de género nunca llega a salir del hogar. Un total de 5.634 vascas disponen de algún tipo de medida de seguridad ante la amenaza de sus parejas o ex parejas, bien sea mediante órdenes de alejamiento, condenas de prisión para el agresor, uso de sistemas GPS para tener localizada a la potencial víctima e incluso escolta policial.
Actualmente diecisiete mujeres residentes en la CAV tienen que ir a todas partes acompañadas por un ertzaina, y otras tres llevan siempre consigo un dispositivo GPS que pueden activar si se ven en peligro. No se puede decir que estas medidas sean excesivas, habida cuenta de que el año pasado tres mujeres murieron a manos de su pareja, y de que este año han sido dos las víctimas mortales de la violencia machista en Euskadi.
En total, entre enero y octubre de 2009, 2.932 mujeres han sido agredidas a manos de sus maridos o compañeros, y el servicio de atención telefónica ha atendido 2.407 llamadas, un 92% realizadas por mujeres y el resto por hombres que quieren denunciar una situación de maltrato.
La directora de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, Mariola Serrano, explicó ayer en el Parlamento que a partir de enero este servicio telefónico se prestará de forma presencial las veinticuatro horas del día. La idea del Ejecutivo es centralizar la atención a las víctimas para derivarlas después a los servicios que corresponda en cada caso.