Londres. Un empresario que se hizo pasar por un agente secreto ha estafado unos 333.000 euros a los padres de la niña Madeleine McCann, desaparecida hace dos años en la región portuguesa del Algarve. El periódico británico The Sunday Times revelaba en su edición de ayer que ese fue el dinero que se quedó Kevin Halligen, un consultor británico en materia de seguridad, del total de 500.000 libras que recibió de los McCann para que investigara la desaparición de la niña con la ayuda de varios detectives privados. Pero el dinero no fue empleado para buscar a la niña, según un amigo no identificado de Kate y Gerry McCann que es la fuente principal de esta información.
"Les prometió la Luna, pero todo resultó en nada", dice este amigo, que asegura que cuando el empresario ofreció sus servicios intentaba dar "una imagen de intriga y misterio, actuando como si fuera un espía al estilo James Bond". El Times informaba de que la fundación que gestiona el dinero para la búsqueda de Madeleine McCann contrató los servicios de Oakley Internatinal, la empresa de Halligen radicada en Washington. Halligen aseguró a los McCann que les proporcionaría imágenes de satélite y listas de las llamadas telefónicas realizadas la noche que desapareció Madeleine para encontrar a los autores.
El supuesto agente secreto dijo a los representantes del matrimonio que la información se la facilitarían sus contactos en la capital estadoundense, pero lo único que aportó fue "una imagen tomada de Google Earth". Los documentos muestran que mientras la empresa recibía las transferencias de la fundación de los McCann, Halligen retiraba grandes cantidade. El contrato venció el pasado mes de octubre y no fue renovado.