Como bien es sabido, despertarse en mitad la noche para orinar es un problema frecuente que sufren muchas personas y que altera los ciclos del sueño.

Este fenómeno es conocido como nocturia, y está relacionado con dificultades para controlar la vejiga, más concretamente como la incontinencia urinaria. De acuerdo con Mayo Clinic, existen hábitos en el estilo de vida que pueden mejorar el control de la vejiga. Del mismo modo, la calidad de vida y nuestro bienestar.

¿Por qué ocurre este fenómeno?

Una de las razones por las que surge la necesidad de levantarse durante la noche es la ingesta inadecuada de líquidos. Es decir, beber demasiados líquidos en las horas previas a acostarse, puede llenar rápidamente la vejiga y provocar despertares nocturnos.

Por lo tanto, se aconseja concentrar el mayor consumo de líquidos por la mañana y la tarde. Por el contrario, se debe reducir a partir de ciertas horas antes de dormir, y así evitar que la vejiga se sobrecargue durante el descanso.

De todas maneras, es fundamental no caer en un claro error: beber poco líquido es perjudicial para la salud. Una ingesta insuficiente puede hacer que los desechos del organismo y las toxinas se concentren en la orina. Como resultado, se vuelve de una tonalidad amarilla oscura y con un fuerte olor, irritando la vejiga y aumentando la urgencia de orinar.

Así las cosas, se debe encontrar el equilibrio. Dicho de otro modo, mantener una hidratación equilibrada pero jamás sin excederse.

Analizar lo que bebemos

Dejando a un lado el volumen de líquidos, debemos saber que la calidad de la comida y bebida es otro factor que influye en el funcionamiento de la vejiga. De hecho, algunos de ellos actúan como irritantes y pueden incrementar las ganas de orinar, tales como el té, el café, las bebida gaseosas, el chocolate o el alcohol. Sus propiedades pueden estimular la vejiga, haciendo que se sienta la necesidad de vaciarla con frecuencia.

Ante este panorama, se recomienda evitar estos productos durante alrededor de una semana para analizar si los síntomas mejoran. De ser así, pueden volver a consumirse con moderación, comprobando siempre los cambios que se experimentan en la cantidad y frecuencia de la orina para detectar posibles reacciones.

Un hombre con ganas de orinar. Freepik

Otros consejos prácticos

Al margen de las citadas medidas, es posible recurrir a otros remedios para poder mantener el control de la vejiga. Practicar ejercicio físico con regularidad ayuda a fortalecer la musculatura del suelo pélvico y mejora la circulación sanguínea, y por ende, mejorando el control de la vesícula.

Otra solución es tener un peso corporal sano, pues minimiza la presión sobre la vejiga, contribuyendo a disminuir la incontinencia. Estos cambios son seguros y muy fáciles de aplicar. Y, la mayoría de las veces, resultan ser efectivos antes de plantearse tratamientos invasivos como cirugías o medicamentos.

Igualmente, llevar un análisis diario de la ingesta de bebidas y alimentos, al igual que las visitas al baño, es otra estrategia muy práctica. De este modo, identificamos patrones y ajustamos los hábitos diarios.

Y, por supuesto, en el caso de que los síntomas continúen o vayan a más, se debe consultar un médico especialista. Un asesoramiento individualizado y determinados tratamientos complementarios son otra baza más para hacer frente a la incontinencia urinaria.