“La dieta mediterránea aumenta nuestra calidad de vida”, defiende contundente Jesús Román Martínez, presidente del Comité científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA). En esta línea sostiene que los alimentos recomendados en esta dieta, que son en su mayoría de origen vegetal, contienen grasas insaturadas y diferentes sustancias antioxidantes que le confieren propiedades antiinflamatorias, como el pescado, rico en ácidos grasos omega-3 que pueden ayudar a reducir la susceptibilidad a enfermedades.
Esta riqueza en polifenoles y otros fitoquímicos de los alimentos que forman parte de la dieta mediterránea podrían ayudar a prevenir el deterioro cognitivo del envejecimiento, como el Párkinson, la demencia o el Alzheimer, puesto que estos alimentos proporcionan antioxidantes que protegen al organismo de estas patologías.
La dieta mediterránea, enriquecida con siglos de tradición culinaria, es el resultado de una combinación de alimentos frescos que nos aportan nutrientes esenciales. Esta dieta equilibrada, reconocida por su abundancia en alimentos saludables como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva y pescado, además del consumo moderado de bebidas fermentadas como la cerveza, emerge como una poderosa herramienta para mantener una buena salud y proteger el organismo.
De hecho, según los estudios, el seguimiento de este tipo de dieta podría retrasar hasta 3,5 años la aparición de patologías como diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.
Cinco beneficios
1. Aliada de la longevidad. Seguir una dieta como la mediterránea contribuye a mejorar la esperanza de vida y reducir la mortalidad, especialmente en personas con sobrepeso u obesidad. “La combinación de alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables y una variedad de nutrientes esenciales ha demostrado un efecto positivo en la longevidad y en la reducción del riesgo de mortalidad”, explica Jesús Román Martínez.
2. Preserva la salud celular y protege los telómeros. Esta dieta combate el envejecimiento prematuro de las células y conserva la longitud de los telómeros, relacionados con los fenómenos del envejecimiento y la integridad celular. “Los componentes antioxidantes de la dieta mediterránea ayudan a proteger las células del estrés oxidativo, lo que puede tener un impacto directo en la salud a largo plazo y en el proceso de envejecimiento celular”.
3. Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. La dieta mediterránea es eficaz en la prevención de enfermedades cardiovasculares debido a su bajo contenido en grasas saturadas y su énfasis en grasas saludables, como el aceite de oliva.
4. Combate la obesidad y el síndrome metabólico. El experto añade que “la dieta mediterránea contribuye a reducir la obesidad y el síndrome metabólico al disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre”.
5. Protege contra enfermedades relacionadas con la edad. Además de los beneficios mencionados por el experto en nutrición, la dieta mediterránea tendría un efecto protector contra enfermedades asociadas a la edad, como las patologías neurodegenerativas y el deterioro cognitivo. Martínez concluye que “la combinación de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3 y los antioxidantes, puede ayudar a mantener la función cerebral y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas”.