El corazón es el motor de nuestro cuerpo, Por eso hay que cuidarlo de forma adecuada, para que se mantenga sano y no nos dé disgustos ni sorpresas. ¡Apunta algunos consejos! Y es que Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo.
Según los datos de la Federación Mundial del Corazón, cada año fallecen por esta causa cerca de 17 millones de personas en todo el mundo, de las que más del 80% son evitables con hábitos de vida más saludables. Aunque no existen fórmulas mágicas, sí hay pautas que pueden ayudar a prevenir el infarto. ¿Las sabes?
Entre los factores de riesgo se encuentran el sobrepeso y la obesidad, que inciden de forma muy negativa sobre la hipertensión, el colesterol y la diabetes; el sedentarismo ?conviene recordar que el ejercicio sirve para quemar calorías y ayuda a controlar los niveles de colesterol y diabetes, y disminuye la tensión arterial?; el tabaco, y todos los datos de los expertos alertan de que cerca del 30% de los fallecimientos por patologías del corazón se deben a los hábitos tabáquicos; el colesterol, y mantener a raya el malo puede reducir el riesgo de sufrir un ataque al corazón; la hipertensión, ?también hay que tener la tensión controlada para evitar el 20% de las muertes por enfermedad coronaria y el 24% de las cerebrovasculares?; y la diabetes, porque las dolencias cardiovasculares son la principal complicación de la diabetes y son responsables de más del 50% de las muertes de los pacientes diabéticos.
Nueve consejos
Además de mantener bajo control los factores de riesgo, tener unos hábitos de vida saludables reduce significativamente la incidencia de las enfermedades cardiovasculares. La mayor parte de ellas se pueden prevenir cambiando algunos hábitos. En ocasiones, modificarlos puede resultar difícil, pero no hay que desistir. Estas son algunas recomendaciones:
1. Dormir, y mejor del lado izquierdo. Esta postura favorece el drenaje linfático y ayuda a que el corazón bombee con más facilidad. Además, recuerda que dormir mal acarrea nervios, cansancio, irritabilidad, pero también aumenta el riesgo de padecer un ataque del corazón. De hecho, las personas con problemas para conciliar el sueño tienen un 45% más probabilidades de sufrir un infarto.
2. Dejar de fumar. El tabaco perjudica gravemente la salud del corazón. De hecho, si se deja de fumar en solo un año se reduce a la mitad el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. ¿Otro dato? Fumar un solo cigarrillo al día incrementa en un 40% el riesgo de infarto comparado con las personas que no fuman.
3. Una buena alimentación. Una dieta inadecuada puede causar tres de los problemas de salud más comunes asociados al riesgo cardiaco: obesidad, aumento de colesterol e hipertensión. Lo que se debe evitar: grasas saturadas, carnes rojas y productos azucarados, y cambia el café por té. Lo que se debe comer: al menos 400 gramos de frutas y verduras cada día, fibra con cereales integrales, legumbres, y también pescados, sobre todo aquellos que contengan Omega 3, como el salmón, además de, por supuesto, aceite de oliva.
4. Controlar la sal. Si quieres cuidar tu corazón debes tener cuidado con la sal que consumes. Pero no se trata de eliminar del todo el salero, sino de saber que hay alimentos que tomas a diario que tienen grandes cantidades. ¿Qué hacer? Antes de comprar, lee las etiquetas y verás que hay mucha sal en lugares insospechados, como por ejemplo en el jugo de tomate o en las verduras enlatadas. Si tiene menos de 140 mg. de sodio por porción se considera que el contenido es bajo, si tiene entre 140 y 400 mg. por porción es moderado y, si tiene más de 400 mg. por porción es alto.
5. Caminar 30 minutos al día. Caminar permite aumentar el ritmo cardíaco, ayuda a la circulación de la sangre y mejora la capacidad de respiración. Además, es una actividad física apta para todo el mundo y no hace falta dedicarle mucho tiempo. Basta con 30 minutos al día, unas tres o cuatro veces por semana, para fortalecer el corazón.
6. No a las horas extras. Todos los expertos lo recalcan: está demostrado que excederse en la cantidad de horas que dedicamos a trabajar perjudica gravemente la salud cardiovascular a largo plazo. Superar 46 horas semanales aumenta el riesgo de sufrir un ataque de corazón o una angina de pecho. Además, el estrés, la rabia o la tristeza pueden pasar factura a un corazón sano. Por eso, evita en lo que puedas situaciones que te alteren y busca la forma de relajarte.
7. Presumir de sonrisa. Cuidar los dientes y encías también es imprescindible para evitar que las bacterias que hay en la boca acaben llegando al corazón y lo dañen. Por tanto, cepíllate los dientes tres veces al día, utiliza siempre colutorio y acude al dentista cada seis meses.
8. Hacerse chequeos regulares. Muchos de los riesgos para nuestro corazón no producen habitualmente síntomas: las personas que tienen un aumento del colesterol, del azúcar o de la presión arterial, especialmente en sus fases iniciales, son asintomáticas, es decir, desconocen esos riesgos hasta que es demasiado tarde. Por esta razón, una visita anual al médico y una analítica pueden ser suficientes para conocer tu estado de salud y aplicar las medidas necesarias.
9. Seguir los tratamientos. Si el médico te ha pautado algún tratamiento para controlar la tensión arterial, el colesterol o el azúcar en sangre, es muy importante adherirse al mismo y seguirlo al pie de la letra: muchas de las personas que padecen problemas cardiacos no lo hicieron en su momento, y se equivocaron gravemente.