Cada uno de estos pueblos, con su propio encanto y singularidad, invita a descubrir paisajes de montaña, arquitectura rural y costumbres que perviven en el día a día de sus gentes.

Desde majestuosos valles y caminos históricos, hasta festividades locales y la calidez de su gente, el Valle de Erro es un destino que invita a perderse en su autenticidad y encanto rural.

Situado en lo alto de la sierra de Labia, a 1.008 metros sobre el nivel del mar, Aintzioa se erige como el pueblo más elevado del valle. Desde su privilegiada posición, ofrece unas vistas panorámicas, invitando a perderse en un horizonte de verdes praderas y montañas escarpadas. Su rica historia se refleja en su iglesia, una joya arquitectónica que data de principios del siglo XIII.

Ardaitz

Ardaitz, asentado en el corazón de la sierra de Labia, es el pueblo más meridional. Sus majestuosas casas, con sus portales que hablan de un pasado medieval, nos transportan a otra época. Los pozos y la fuente cubierta, vestigios de un tiempo en el que el agua era un bien preciado, nos conectan con las raíces más profundas de este lugar.

Aurizberri/Espinal

Aurizberri/Espinal, fundado en 1269 por Teobaldo II, ha sabido crecer y adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia. Sus calles, cuidadas y acogedoras, dan la bienvenida al visitante con una arquitectura tradicional que convive en armonía con los nuevos edificios.

La iglesia de San Bartolomé, un referente religioso construido en 1961, y el fascinante conjunto de estelas son solo algunos ejemplos de la riqueza cultural de este pueblo, que destaca por su dinamismo, su participación ciudadana y su alta natalidad.

Vista general de la localidad de Espinal/Aurizberri Cedida

Bizkarreta

Bizkarreta es una joya escondida en el corazón de Navarra que está ligado históricamente al Camino de Santiago.

Asentado en una colina que ofrece unas vistas panorámicas impresionantes, este pueblo conjuga historia y naturaleza. Su iglesia parroquial de San Pedro, un ejemplo del protogótico navarro del siglo Xlll, es una visita obligada.

Erro

Erro, tras dos devastadores incendios que marcaron su historia, se levantó de nuevo a finales del siglo XIX, mostrando la resiliencia de sus habitantes.

Su ubicación estratégica, en un cruce de caminos históricos como la calzada romana y el Camino de Santiago, lo convirtió en un punto de encuentro y comercio. Hoy en día, desde el puerto de Erro, podemos contemplar la belleza del valle en todo su esplendor.

Esnotz

En un apacible llano navarro, a los pies de la Peña Liran, se esconde Esnotz, un pequeño pueblo con un rico pasado.

Su caserío, agrupado en torno a una iglesia del siglo XVII y una antigua ermita, invita a la tranquilidad y a la desconexión. La arquitectura tradicional y el ambiente espiritual lo convierten en un destino ideal para aquellos que buscan un remanso de paz.

Lintzoain

Lintzoain, por su parte, guarda secretos milenarios. Según cuenta la tradición, en sus cercanías tuvo lugar una de las escaramuzas de la Batalla de Roncesvalles, dejando como testigo la llamada huella de Roldán.

Esta y su preciosa iglesia románica, del siglo XIII, son solo algunas de las joyas que esconde este rincón navarro.

Loizu

Enclavado en una pequeña depresión a unos 720 metros de altitud y apartado del núcleo central del Valle de Erro, se sitúa el pintoresco pueblo de Loizu.

Este encantador lugar se distingue por la singularidad de su ubicación, justo al pie del barranco que lleva su mismo nombre, lo que realza aún más su belleza natural.

En 2017, cerca de Loizu, se descubrieron los restos del llamado Hombre de Loizu, un esqueleto humano de unos 11.700 años de antigüedad. Este hallazgo ha aportado valiosa información sobre los habitantes del Paleolítico en la región, arrojando luz sobre la vida en tiempos prehistóricos en los Pirineos occidentales.

Vista de Loizu. Al fondo, el barranco debajo del cual se encuentra la cueva Errotalde I, donde fue encontrado "El hombre de Loizu", el esqueleto más antiguo hallado en Navarra. Javier Bergasa

Mezkiritz

A los pies del puerto homónimo, se ubica el pueblo de Mezkiritz, que incluye además los barrios de Txorrondo y Biritxikar. Entre sus construcciones civiles, destacan las amplias casas con tejados inclinados a dos aguas y fachadas reforzadas con contrafuertes.

Este pueblo es conocido por su tradición de grandes artesanos en madera, especialmente los cuchareros como Marcos Saragüeta.

También sobresale en el ámbito cultural Perpetua Saragüeta, una escritora que destacó en el mundo de las letras y el euskera y que se dedicó a la creación de cuentos y al estudio de la etnografía local.

En Mezkiritz, rodeado de un entorno paisajístico de gran belleza, se celebra el Bost-kirol, una competición de pelota que incluye cinco modalidades en un solo evento.

Orondritz

Orondritz está ubicado cerca de Erro, a aproximadamente 700 metros de altitud. Es un pueblo pequeño, encantador y muy bien cuidado. Además de su iglesia del siglo XVI, uno de sus principales atractivos es un hermoso puente románico de un solo arco, situado en las cercanías, que aún conserva su estructura original.

Zilbeti

Por último, rodeado de montañas y vegetación, Zilbeti se encuentra en el valle formado por las cumbres del Adi, Tiratun, Arzabal y Lizartxipi. En este pueblo también se pueden ver los restos del monasterio románico de Ordena, que data de los siglos XII y XIII. Sin embargo, uno de los mayores encantos de este pintoresco lugar es su privilegiada ubicación, que ofrece paisajes de gran belleza.