El pico Auñamendi, o Anie, es una de las cimas con más prestigio montañero de cuantas pueblan nuestras montañas. Cumbre emblemática que alza su picuda forma en las estribaciones del Pirineo navarro. Una larga ruta nos lleva a conocer sus secretos, pero se trata de un recorrido aconsejado para montañeros con cierta experiencia. 

La magia de esta montaña cautivó a nuestros ancestros, que ubicaron en ella una de las múltiples moradas de la gran diosa Mari. Ya hemos conocido muchos secretos de esta deidad, pero hoy sabremos un poco más sobre ella, y qué mejor forma que hacerlo que saliendo a su encuentro.

El camino comienza en el mítico puerto de San Martín, donde podemos aparcar, y visitar la legendaria piedra, junto a la que anualmente se renueva el conocido ritual del Tributo de las Tres Vacas.

A la derecha de la piedra, que a su vez es muga entre los estados español y francés, vemos una cabaña. Hacia ella nos dirigimos para tomar un senderito, en un cruce señalizado, que por una vaguada nos lleva hasta una charca. Entre praderas, que enmarcan los picos Anie y Arlas, el camino es muy evidente, y pasa por las llamadas fuentes del Arlas, que manan bajo este precioso pico; para muchos montañeros el “primer dosmil” de su carrera. Es una buena idea hacer acopio de agua en este punto, ya que luego no suele ser posible.

El sendero deja el pico Arlas a la izquierda para encaramarse al collado de Pescamou, en la vertiente sur de la cima, desde donde la vista del pico es impresionante. El paseo discurre entre constantes subidas y bajadas, entre praderas, donde comienza a asomar la piedra caliza, que nos acompañará en el recorrido. Pasamos junto a una chabola de espeleólogos y continúa hasta el collado de Boticotch, llegando a un cruce bajo el pico Murlong. Alcanzamos el punto más complicado de la ruta, inmersos en pleno complejo que es el karst de Larra, en donde no debemos perder de vista los cairns de piedras y las dos marcas amarillas, que nos señalan la ruta, y giramos a la izquierda.

De Yona Gorri a Jauna Gorri

Nos internamos en una grieta, por la que discurre el sendero, salvando los llamados Arrés de Soumcouy. Superamos este pequeño laberinto kárstico subiendo varias cuestas pronunciadas y nos elevamos al collado des Anies. En este punto giramos a la derecha y continuamos por terreno pétreo, en dirección a la vertiente norte del pico Anie. Seguimos el sendero hasta toparnos con la ruta que sube desde Francia. Solo resta ascender la pala final de la montaña, en este tramo la cuesta se acrecienta, y el sendero transita por piedras sueltas. De esta forma alcanzamos la mágica cima de Auñamendi. El paisaje es realmente sobrecogedor, sin duda se trata de una montaña singular, morada de la diosa Mari, que en este pico se le llama Yona Gorri, Maithagarri, o Jona Gorri, la de la Saya Roja, unida a la siguiente leyenda:

“En la cima del pico Auñamendi, vive una señora llamada Yona Gorri, a las que en algunas zonas de los alrededores se la llama Maithagarri. Vive en lo alto de la montaña en un palacio de plata y fragua en ella las tempestades.”

En algunas leyendas, se le otorga género masculino conocido, en ese caso, como Jauna Gorri, que crea igualmente las tempestades que desata sobre aquellos que pretenden ascender la montaña. El genio esconde sus preciosos tesoros en una cueva del lapiaz que rodea la cima. Todas estas creencias impedían a los lugareños de los alrededores ascender a la cima, demostrando el respeto que les infundían estas deidades.

A Mari se le conoce con múltiples denominaciones; quizás de las más conocidas sean Anbotoko Dama o Anbotoko Sorgina. Otros nombres nos hablan de sus moradas como Aralargo Damea, Putteriko Damea, Aketegiko Damea, Aldureko Mari, Arrobibeltzeko Andra. Incluso a la particularidad que tiene la diosa de morar en cuevas, así se la conoce como ArpekoSaindua, o Mari Kobako. Otras denominaciones son más difíciles de interpretar, como Mari-Burute, Mairimur o Mariarrika. Algunas suenan hasta cariñosas como Damatxo o Bideko Emaztexuria. El cristianismo dejó en algunos casos su poso, con nombres que la presentan como un ser un tanto maligno, como es Gaizto o Hechicera.

Dejamos a Yona Gorri en su feudo de las montañas, para regresar hasta el punto de partida por el mismo sendero.

FICHA TÉCNICA


  • ACCESO: Al puerto de la Piedra de San Martín se llega por la carretera NA-137, desde el valle navarro de Belagoa, o por la D-132, si accedemos por el norte desde Arette.
  • DISTANCIA: 13,6 kilómetros
  • DESNIVEL: 900 metros
  • DIFICULTAD: Difícil. Ruta larga, a evitar con niebla.