El pico Larrun custodia un territorio brujeril por excelencia. Bajo sus 900 metros de altitud, se acurrucan localidades cuya sola mención nos llevan a los aquelarres que realizaban brujas, diablos, y toda una cohorte de seres nocturnos. Una comarca, marcada por la mitología y la leyenda, pero también por el poso terrible que dejaron la ignorancia y el odio.

Esta bella montaña marca la divisoria entre las localidades de Bera, en Nafarroa y las de Sara y Azkaine, ambas en Lapurdi. Por ello, son varias las opciones que se presentan para alcanzar su cota; hoy hemos elegido una que nos lleva a caminar, por las preciosas tierras labortanas.

Aparcamos en el parking del paraje de Mantto Baita, que pertenece al barrio de Olheta, del municipio de Azkaine, donde se ubica un albergue. El propio aparcamiento está en un hermoso robledal, por lo que el comienzo del camino se interna directamente en el bosque, siguiendo las trazas rojas y blancas del sendero de Gran Recorrido GR-10.

Comenzamos a ganar altura rápidamente, saliendo a un terreno más despejado, para alcanzar el collado de Errepausuko Lepoa sin ninguna dificultad. La vista nos regala hermosos paisajes sobre la costa labortana y la inconfundible silueta, llena de antenas, del objetivo de la ruta: el Larrun. Desde este punto podemos dirigirnos, en fuerte pendiente, a la cumbre por un zigzag, pero nosotros tomaremos el camino que sale hacia la izquierda, siguiendo, ahora, unas marcas amarillas, que nos llevan hasta el marcado collado de Trois Fontaines.

La cumbre asoma sobre el bosque y topamos con las vías del tren cremallera que asciende hasta la cima, el Petit Train de Larhun. Ascendemos entre helechos y, tras un fuerte repecho, alcanzamos una zona de piedras llamada la cresta de Urkilla, que pasamos sin problemas. Seguimos ascendiendo, junto a varios mojones fronterizos, y alcanzamos la cima de Larrun.

Historias de brujas

Esta cumbre atesora las historias de brujas, tal y como nos cuenta la siguiente leyenda:

“En un prado que se localizaba muy cerca de la desaparecida ermita de Saint-Sprit, o Espíritu Santo, se solían reunir en aquelarre, los brujos y las brujas de la región.” La Inquisición dejó su terrible huella en esta comarca, igual que en otras, pero en la zona de Zugarramurdi se ensañó especialmente. Son innumerables los parajes donde se celebraban aquelarres, palabra que significaría “prado del macho cabrío”.

Era este genio el protagonista de estas reuniones, si bien era un ser protector de los rebaños antiguamente. El cristianismo lo asoció al diablo, para romper esa visión positiva que tenía para nuestros antepasados. En estos aquelarres se homenajeaba al diablo mientras se danzaba y se realizaban orgías, a decir de los autos de fe inquisitoriales.

Desde el pico, las vistas son impresionantes, el Cantábrico reclama constantemente nuestra atención, así como las cimas pirenaicas. La montaña está plagada de antenas, también encontramos una venta, una mesa de orientación y un curioso monumento en forma de obelisco, que conmemora la visita de la emperatriz Eugenia de Montijo.

El descenso lo realizamos por la vertiente contraria, en dirección Oeste, para caminar por una pista que alcanza el collado de Zizkuitz, con su mojón fronterizo número 23. La pista sigue descendiendo junto al pico Larrun Txiki, cuyos 700 metros de altura podemos alcanzar fácilmente tras pasar por varios cromlechs. Seguimos descendiendo hacía el marcado collado de Deskargahandia, bajo la cima de Ziburumendi. En el collado volvemos a tomar las marcas rojas y blancas del GR-10, siguiendo un marcado camino a nuestra derecha. En descenso nos introducimos en el bosque para llegar a un cruce y tomar a la izquierda para regresar al punto de partida.

Ficha práctica

ACCESO: La carretera D-4, une las localidades de Askain y de Urruña. A unos 3.3 kilómetros de Askain, un desvío frente al restaurante Trabenia nos lleva al aparcamiento.

DISTANCIA: 13 kilómetros

DESNIVEL: 900 metros

DIFICULTAD: Difícil. Ruta larga y con marcados desniveles.