Saber perdurar es la esencia de Burgi, puerta de entrada a Erronkaribar o de salida hacia Aragón. A su vera, el río Eska, cincelando la caliza de las sierras de Illon y Peña es el principal protagonista de su paisaje al que nos asomamos desde el mirador perfecto. No es de extrañar, si al llegar a Burgi descubrimos la silueta del quebrantahuesos pues en la cercana foz tiene una reserva natural donde crían dos parejas. La imponente garganta natural es recorrida en su fondo por la carretera que se ajusta a los perfiles del río Eska envuelto de sauces y alisos.

Desde Burgi, cruzando su puente medieval surge a la derecha un itinerario señalizado: ”Paseo de los oficios”, que culmina en un panorámico mirador sobre la foz. Es un buen punto de observación de las rapaces que la habitan entre las que además del buitre leonado y su colonia, entre las más grandes conocidas, se avista el alimoche, de blanca figura. También veremos al águila culebrera y la real, y al halcón abejero.

El quebrantahuesos sobrevuela estos cantiles. JUAN CARLOS MUÑOZ

Nada más traspasar el puente y tomar una calle hacia la derecha en la margen izquierda del río Eska vemos una almadía, una ruda balsa hecha de troncos de madera y amarrada con toscas cuerdas hechas de fibras vegetales y varas de avellano denominadas vergas. Unida en varios tramos de troncos y guiada por un sencillo timón era la forma que se desarrolló hasta mediados del siglo pasado para, después de hacer los ríos pirenaicos navegables, extraer la madera de los bosques roncaleses y que supuso un gran auge económico para todo el valle. Era la manera en que esta especie de barranquistas, los almadieros, evitaba pagar diezmos por el paso por señoríos y territorios de la iglesia o municipios.

De hecho, la pequeña presa aguas arriba que se ha contemplado a la izquierda del río, al traspasar el puente de cuatro ojos de la localidad, se realizó para crear un puerto donde amarrar las almadías. Cada primero de mayo este punto, así como las orillas del río, reciben una visita multitudinaria de todos los amigos de los oficios tradicionales para celebrar el día de la Almadía.

Un poco más adelante divisamos un horno de pan, reproducido junto a un pequeño conjunto de casas. El pan no era algo sencillo de obtener para los habitantes de la montaña, que sembraban pequeños campos de trigo en pedazos de tierra robados al bosque. Todo el trabajo que acarreaba que llegase a la mesa acabó convirtiéndolo en un producto de alimentación sagrado que se bendecía y jamás se tiraba ningún trozo sobrante. Junto a él se sitúa la reproducción de la carbonera, ya que este valle ha sido tierra secular de carboneo.

El río Eska, “sendero” de almadieros. JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Después de pasar junto a una cabaña cubierta con la característica teja redonda de barro sobre la que se ve una vista magnífica de la foz se acaba el conjunto de viviendas. La pista asciende por la ladera hacia el pinar. Sin embargo, el itinerario continúa recto siguiendo senda junto a la depuradora municipal orientándose directamente hacia la foz.

Al llegar a una nevera original restaurada, sistema usado desde el medievo para conservar la nieve en profundos pozos cilíndricos de siete metros. Se convirtió también en fuente de comercio en las montañas roncalesas desde el siglo XVI. A la de Burgi los vecinos la denominan la nivera.

El itinerario continúa por detrás de la nevera descendiendo a enlazar con el principal que hemos dejado para observar de cerca esta construcción medieval. La senda se estrecha mientras atraviesa un bosque mixto de pinos, espinos, bojes y arces mientras asciende por la foz. Al paso surge una calera, otro de los oficios desaparecidos pero que han caracterizado la vida de Burgi hasta el pasado siglo.

A partir de este punto la senda se vuelve aérea y transita sobre la roca. La panorámica del río corriendo sinuoso es impresionante cuando se pasa bajo la Cueva de los Moros. No hay ojos más que para el desfiladero y los cantiles en la orilla opuesta donde comienzan a verse las rapaces posadas o sobrevolando. Las buenas condiciones ambientales del río permiten una excelente población piscícola de boga o madrilla, barbo y trucha; además de mamíferos como la nutria.

Carrascas y quejigos ponen la nota verde contra el gris anaranjado del roquedo mientras la senda asciende para coronar el mirador de la foz que nos regala un amplio panorama.

Regresamos por el mismo itinerario.

Ficha práctica

  •  Tipo de recorrido.
  • Ida y vuelta, de dificultad baja.
  •  Punto de partida. Puente de Burgi.
  •  Distancia. 5 km.
  •  Tiempo. 1 h 30 min.
  •  No te puedes perder.

En la carretera que se dirige de Burgi, remontando el Eska, hacia Errokari, nos desviamos a unos tres kilómetros al despoblado de Burdaspal, más conocido por los vecinos como El Caserío. Fue solar de la primera abadía que poseyó el valle.

El monasterio, en el siglo IX, cobraba diezmos a los pequeños municipios que existían en esta zona del valle, entre los que se hallaba Burgi. Dos siglos después fue donado al monasterio de Leire y cuando fue abandonado se convirtió en palacio de un señorío que no se llevó bien con Burgi, ya que los roncaleses gozaban de la condición de hombres libres que no debían estar sujetos a señorío.

En el siglo XIX quedó definitivamente deshabitado.

RUTAS POR EUSKAL HERRIA

NAVARRA Foz de Burgi

Del libro Rutas a foces, gargantas y desfiladeros de Juan Carlos Muñoz y Mar Ramírez

Editorial: Sua Edizioak