Este experto en medicina legal y forense conoce al dedillo este caso y califica de intento de “engaño” la versión oficial.
El asesinato de Mikel Zabalza 10 años después de la muerte de Franco demuestra que las inercias de la dictadura permanecieron mucho tiempo.
Hay datos que confirman que, instalada ya la democracia incluso más allá de 1986 cuando España entra en Europa, se perpetuaron muchas metodologías en una parte de la administración. Algunas cambiaron, como en la educación, la sanidad o incluso las Fuerzas Armadas donde se introdujeron importantes transformaciones, pero no así en Interior, que no supo o no quiso transformar a las personas ni sus metodologías.
La versión oficial de que se escapó atravesando el río no fue sostenible en ningún momento.
Así nos encontramos con ejemplos como el de Zabalza, en el que se produce una desaparición y tratan de engañarnos diciéndonos que huyó esposado y nadando sobre el río Bidasoa. Un completo absurdo que ya se valoró en su momento judicialmente y que ahora tiene unas resoluciones tanto del Gobierno de Navarra como del de la CAV que dicen que aquella versión, que era la oficial, no es creíble ni es cierta.
Entre esas metodologías que sobrevivieron al franquismo está la práctica de la tortura.
La tortura siempre ha tenido dos fines, uno castigar y el otro obtener información. Esta segunda parte es la que se ha sostenido sin interrupción y por eso la investigación que se hizo por encargo del Gobierno vasco en el Plan de Paz arrojaba miles de casos y nos llevaba al último año, que es 2014.
Se refiere al informe del Instituto Vasco de Criminología.
Sí, claro. Nos permitió recoger información que nos llegó de muchos ámbitos, entre ellos el Grupo de Médicos Vascos Contra la Tortura, que había ido analizando casos y guardó esa información en base a la confidencialidad y al miedo de que se pudiera filtrar. Con motivo del plan del Gobierno vasco, se liberó y se nos facilitó. En el proyecto colaboraron todas las personas que sabían algo.
"Tratan de engañarnos diciéndonos que huyó esposado y nadando sobre el río Bidasoa"
¿Cabe la posibilidad de que se abra alguna causa judicial basada en este censo de casos?
A las personas les asiste el derecho a ir a otras instancias acto seguido de que se haga el reconocimiento como está ocurriendo con la ley de abusos, llamada policiales, de 2016 del Parlamento Vasco o la equivalente en Navarra. Algunas han iniciado reclamaciones a título individual que quizás tengan amparo con la Ley de Memoria Democrática que contempla la tipología de víctima de tortura, eso sí, hasta el año 1977.
¿Derogar la Ley de Secretos Oficiales puede ayudar a que llegue ese reconocimiento y reparación por parte del Estado español?
No solo por el tema de las torturas sino por otras muchas cuestiones que nunca tuvieron una investigación eficaz ni convincente. Cuando se solicita alguna información para comprender mejor cómo fueron los hechos, desde gente herida en un control de carretera hasta que murió en un enfrentamiento armado, casi nunca se consigue con el argumento de que o no se encuentra o está declarada secreto.
Se trata de conocer lo que pasó como punto de partida.
Si se libera esa documentación igual podríamos entender cosas que hemos conocido y que incluso los protagonistas no pueden contar. Saber lo que pasó es el derecho más básico que tienen todas las personas que quedaron afectadas y que además ahora con la ley del Parlamento Vasco y la del Parlamento de Navarra les podemos llamar víctimas porque así se está reconociendo oficialmente.
En febrero está previsto que declare Rodolfo Martín Villa por la primera víctima mortal de la Transición, Teófilo del Valle.
Hace un tiempo parecía que era casi un delito pedirlo, ahora se comprende que no, tendrá que ir y explicarse, y ya veremos. Pero esto puede pasar con Germán Rodríguez en Iruñea o con el 3 de marzo, donde hay personas que fueron protagonistas y si se les llama judicialmente tienen que comparecer. – NTM