La órbita de la izquierda abertzale cuenta desde finales del año pasado con otro proyecto que se sitúa al margen de la corriente oficial que representan Sortu y EH Bildu. Se ha dado a conocer como Ezker Nazionala, y fue el pasado mes de agosto cuando colgó sus bases políticas en su página web. Es un movimiento muy incipiente cuya actividad se ha centrado por ahora en las redes sociales y cuya repercusión no alcanzaba todavía los mil seguidores, pero este martes varios medios de comunicación digitales del Estado se han hecho eco de su existencia. En un contexto de auge de los movimientos ultras y antiinmigración en el Estado español y en pleno ascenso de Aliança Catalana, Ezker Nazionala coge la bandera de los cambios demográficos que está viviendo Euskadi y se sitúa en contra de la “inmigración masiva”, pero lo hace de otra manera, recurriendo al lenguaje de la lucha de clases y con el argumento de que el capitalismo está muy interesado en la llegada de personas necesitadas para poder devaluar así las condiciones salariales. No llega a denegar la llegada de estas personas y pide un modelo “equilibrado”. Rechaza también el lenguaje de las formaciones progresistas en relación al feminismo, una causa que dice defender pero sin la “imposición de teorías ideológicas ajenas”.

No se ha especificado quiénes forman parte de su estructura, y los artículos de opinión en su página web están firmados solo con nombres sin apellidos, y viceversa, o bien únicamente con iniciales, pero se proclama como abertzale y de izquierdas. En sus bases políticas, publicadas el 29 de agosto, Ezker Nazionala se declara “abertzale, de izquierdas, antiglobalista y anticapitalista”, busca “la soberanía plena de Euskal Herria” sin un “discurso plurinacional vacío”, rechaza “el discurso globalista que divide a la sociedad en interminables categorías” y defiende que “mujeres y hombres colaboren en igualdad de condiciones, sin imposiciones ideológicas ni dogmas”. Este movimiento se ha hecho eco de noticias sobre las zonas de bajas emisiones para los vehículos en su cuenta de la red social X, y cree que, “de nuevo, en nombre de la ecología, la progresía deja en evidencia su clasismo”.

Además, rechaza “las políticas de inmigración masiva impulsadas por intereses económicos que precarizan a las personas migrantes y despojan a las comunidades que dejan atrás de su capital humano”. Defiende “modelos migratorios responsables y equilibrados, que respeten la dignidad humana”, pero que también garanticen la “cohesión social de los trabajadores y trabajadoras”. Añade que este modelo, que a su juicio hace que las condiciones sean más precarias para todos, “acaba empujando a muchos de nuestros jóvenes a emigrar en busca de un futuro mejor, perpetuando de esta manera un modelo migratorio insostenible para nuestra sociedad”. Llega a hablar de “neoesclavismo y neocolonialismo”, defiende una alternativa “internacionalista” para que nadie se vea obligado a abandonar su país y, al mismo tiempo que se proteja “nuestro tejido social, cultural y lingüístico”. En un hilo en sus redes sociales, añadía que los migrantes “rara vez” se organizan en sindicatos, “no cuestionan los horarios abusivos” ni exigen mejoras porque “su prioridad es sobrevivir”. 

Sobre el papel, tratan de marcar distancias con respecto a las conspiraciones de la extrema derecha y las teorías sobre el reemplazo de las personas blancas. En Catalunya, también desde la izquierda por parte de las CUP, comienzan a escucharse discursos que cuestionan el sostenimiento de los servicios públicos en este contexto. Por otro lado, la cuenta de X de Ezker Nazionala destaca algunas actuaciones de EH Bildu para criticarlas, como sucedió con un discurso de Diana Urrea en el que reivindicaba las lenguas de los migrantes mientras lo decía en castellano y no en euskera, o la foto de la reunión de Arnaldo Otegi con Eneko Andueza.

Las siglas

Ezker Nazionala funciona desde diciembre de 2024 con un logo que abrevia su nombre como EzNa, en letras blancas sobre un fondo rojo y con un cuadrado negro al inicio del nombre. Con este nuevo movimiento, la sopa de siglas en la izquierda abertzale se hace todavía más compleja. Desde otro flanco programático y con un seguimiento muy superior, la organización juvenil Gazte Koordinadora Sozialista podría ser el principal quebradero de cabeza para EH Bildu, porque ha llegado a superar en capacidad de movilización a las juventudes oficiales de la izquierda abertzale, Ernai, y se ha hecho con el control de su sindicato de estudiantes, Ikasle Abertzaleak. La izquierda abertzale oficial tuvo que impulsar otra marca, Ikasleria Martxan, o Ikama. 

La marca política de este sector crítico con la línea oficial de Sortu y EH Bildu es Euskal Herriko Kontseilu Sozialista, que se ha inclinado por pedir la abstención y denostar la actividad institucional. Este partido está centrado en la lucha de clases y la defensa del comunismo frente a una EH Bildu que creen que se ha aburguesado.

Hasta la fecha, en cualquier caso, a EH Bildu no le han hecho demasiada mella estos movimientos en términos de voto, ya que en las últimas elecciones autonómicas logró un empate inédito a 27 escaños con el PNV en el Parlamento Vasco. Sí pueden tener otra consecuencia incómoda para EH Bildu: GKS ha buscado la visibilidad en las calles a través de acciones como acampadas no comunicadas que han terminado en choques con la Ertzaintza, lo que a su vez reflota en el debate político las peticiones a EH Bildu para que condene los sabotajes.