Alberto Núñez Feijóo ha salido del congreso del PP dejando más preguntas que respuestas en materia de alianzas, pero con un veto claro hacia EH Bildu, a la que el PP excluye de cualquier pacto o ronda de contactos. Aunque es cierto que el PP impidió que Maddalen Iriarte gobernara en Gipuzkoa, la relación en el día a día del Parlamento Vasco está más normalizada de lo que pretende transmitir esta sobreactuación del PP a nivel estatal, y esta estrategia tampoco aguanta el precedente del exalcalde de Gasteiz, Javier Maroto, quien sí alcanzó acuerdos con EH Bildu en cuestiones como el impuesto sobre las actividades económicas o sobre la estación de autobuses. Pero, pensando en su carrera hacia La Moncloa, Feijóo ha vetado de manera expresa a este grupo, y solo a este grupo. Su idea es rascar votos por el flanco de la derecha más extrema, superar en escaños a la izquierda y, a partir de ahí, definir con mayor claridad sus alianzas, aunque oficialmente se insiste en que el gobierno se formaría en solitario. 

Según ha podido confirmar Grupo Noticias, la nueva portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Ester Muñoz, ha enviado a primera hora de este lunes un mensaje a los grupos del hemiciclo, que también ha recibido el grupo del PNV liderado por Maribel Vaquero, y en el que se limita a presentarse con nombre y apellido y darles su número de teléfono. 

La gestión no dio para más, aunque el PP no ha desaprovechado la ocasión para darle cierta épica al trámite. La propia Muñoz confirmó en Telecinco que ha contactado con todos, salvo con Mertxe Aizpurua, que es la portavoz de EH Bildu. Estos gestos son del gusto del partido de Arnaldo Otegi, que intenta presentarse como la némesis por excelencia de la derecha española. Otegi decía el domingo en sus redes sociales que este veto “es un honor”: “Por Euskal Herria no pasaréis. Dijimos no a la Constitución, dijimos no a la OTAN y dijimos siempre sí al antifascismo rojo, republicano y de los pueblos. Gora Euskal Herria askatuta!”, proclamó.

Como en el ciclo electoral de 2023... y para beneficio de Ayuso

Esta situación, en la que ambos partidos se retroalimentan, recuerda a la que ya se produjo en el ciclo electoral que comenzó en el año 2023. El ruido contribuyó a situar a EH Bildu en el foco mediático y en los titulares de los medios de comunicación del Estado. En teoría y oficialmente, la intención del PP es cortar el paso a la izquierda abertzale. En la práctica, su estrategia alimenta esta polarización y este protagonismo. La presencia de miembros con condenas judiciales en las listas de EH Bildu ya monopolizó el arranque de la campaña de las elecciones municipales y forales y autonómicas en el Estado del 28 de mayo. A esa época se remontan las grandilocuentes declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien proclamó que “ETA está viva y está en el poder”. La polémica benefició a la presidenta madrileña, que se mueve como pez en el agua en el terreno de la hipérbole y terminó dejando en un brete a su propio partido cuando presionó para llevar la ilegalización de EH Bildu al Congreso y el Senado. Unas semanas después, en julio, en la campaña para las elecciones generales que adelantó Sánchez, EH Bildu organizó un acto en torno al aniversario del cierre del periódico Egin, y evocó las manifestaciones de la época para llamar a una gran movilización contra la censura cultural de los gobiernos del PP y Vox.

Críticas al PNV

Sobre el papel, Feijóo no descarta a Vox, Junts ni PNV, una estrategia que llama la atención por el antagonismo absoluto entre la ultraderecha y el nacionalismo vasco y catalán. Su idea de gobernar en solitario le permite ahora esquivar este incómodo debate y posicionarse sobre sus alianzas aunque, en la práctica, tiene muy difícil desandar el camino que ha emprendido estos días con las acusaciones al PNV y con una ponencia política que dice que el nacionalismo (no español) nace del “supremacismo” y que rechaza el “zoco” de transferencias. El PNV no ha realizado más declaraciones ni ha dado mayor recorrido al mensaje de contacto que les envió Muñoz.