Sánchez ha llegado al pleno de control de este miércoles en el Congreso cuestionado por sus socios e intentando hacer frente al bloque de la oposición, que trata de ampliar la brecha entre del presidente de español y sus socios de Gobierno. Ni el perdón ni las medidas anunciadas por el secretario general de los socialistas han revelado ser suficientes, como era previsible, para capear la tormenta desatada tras la publicación del informe de la UCO.

La presunta implicación en el cobro de comisiones ilegales por parte de Santos Cerdán, presente en el hemiciclo hace tan solo una semana, ha provocado que el caso Koldo pase a ser denominado en los últimos días como el caso Cerdán tras verse envuelto en esta causa quien hasta hace escasos días fuera el secretario de organización y numero 3 del partido.

Sánchez, Cerdán y Patxi López, durante la sesión de control de la semana pasada. EP

Sánchez, contra las cuerdas

En los primeros compases de la sesión, Feijóo ha reprochado a Sánchez que "por mucho que se maquille, usted no es la víctima. Son los españoles", en referencia a la comparecencia del presidente español tras la publicación del informe de la UCO.

A la luz de las últimas filtraciones sobre el contenido del informe y la carta abierta a la militancia publicada durante la jornada de ayer por Sánchez, el líder del PP ha sostenido que "la única carta" que espera la ciudadanía es la de la dimisión del presidente español. En este punto de su intervención, le ha preguntado si "piensa redactarla o ya no le queda respeto por los españoles".

Los gritos de dimisión desde la bancada 'popular' y las ovaciones a las palabras de Feijóo han marcado la sesión plenaria, entre varias llamadas al orden, mientras Sánchez ha tratado de aguantar la presión aludiendo a la existencia de una corrupción en el seno el PP. "El único adelanto que va a haber no es el de las elecciones, es el del más que lógica sentencia de muchos casos de corrupción a la vuelta de verano que afectan al Partido Popular", ha respondido el presidente español.

El discurso del 'y tú más' también se ha quedado exiguo para los socios de Gobierno, pese a que Sánchez ha tratado también de valerse de datos económicos para defender su labor al frente del Ejecutivo. Por último, ha insistido en que "este es un caso de corrupción" que para el PSOE "ha sido doloroso". En este sentido, ha sostenido que a diferencia del PP: "Nosotros hemos actuado". "Ábalos fue el principio pero Cerdán no será el final", ha aseverado el líder del PP entre los aplausos de los de su partido.

Sanchez en la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso tras el ‘caso Cerdán’. EP

En cuanto a los socios del Gobierno, también se han visto caras largas ante el argumentario de Sánchez mostrándose especialmente crítico Gabriel Rufián. El líder de ERC ha cargado contra el escándalo político desatado, ha cuestionado el posible alcance del caso Cerdán y, por último, ha reclamado a Sánchez: "No nos hagan elegir entre corruptos cutres y corruptos premium".

Pleno de alto voltaje

Las preguntas registradas ya anticipaban un debate bronco en esta sesión de control. "¿Le queda algo de respeto por los españoles?", era el enunciado elegido por Feijóo, que viene reclamando la convocatoria de elecciones generales. "¿Tiene una aproximación del dinero que han robado a los españoles las distintas tramas que le rodean?", figuraba como la pregunta de Santiago Abascal, quien ha llegado a abandonar el hemiciclo. La tercera pregunta ha sido la del portavoz de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, que directamente ha reclamado saber los planes de Sánchez ante esta crisis política: "¿Qué piensa hacer?".

Feijóo, aplaudido por sus compañeros de partido entre gritos de "dimisión" contra Sánchez. EFE

Ni corruptos cutres ni premium

En su turno de palabra, Rufián se ha mostrado beligerante con Sánchez y le ha instado a jurar "que no estamos ante la Gurtel" de los socialistas y que "no veremos P. Sánchez" escrito en unos papeles. De este modo, desde ERC han cuestionado el alcance de este caso que planea sobre el PSOE. 

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, se ha mostrado implacable con el presidente español. EFE

"Vaya contra las corruptelas, las constructoras", ha añadido para después pedir inhabilitaciones de por vida y multas millonarias para quien corrompa. "Eliminemos los aforamientos", ha manifestado. Durante su intervención, desde las filas del PP han afeado su última crítica al presidente español al afirmar que "la izquierda no puede robar". "No nos hagan elegir entre corruptos cutres y corruptos premium", ha terminado proclamando.

El argumentario de Sánchez

Aunque en sesiones anteriores la tensión y los reproches han sido una constante, lo vivido este miércoles en el hemiciclo ha puesto en evidencia el cuestionamiento liderazgo de Sánchez tras el estallido del caso Cerdán. El presidente del Gobierno ha insistido en descartar un adelanto electoral, eterna demanda del PP en cada uno de los plenos, y ha situado la corrupción del lado del PP.

"En la Comunidad de Madrid, el Gobierno de la señora Ayuso siendo investigado por el novio, por el hermano, vinculados con el fraccionamiento de contratos en los centros de formación profesional. En Andalucía, el señor Moreno Bonilla que expulsa y cesa a los interventores que están denunciando los casos de corrupción en el servicio andaluz", ha ido relatando.

El presidente Sánchez, segundos antes de su intervención en el Congreso. EFE

Además, ha aludido a la situación del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, "investigado por corrupción por financiación irregular del Partido Popular". "En Castilla y León, el señor Mañueco, con dos exviceconsejeros de la Junta recientemente condenados y con una trama eólica cuyo juicio se va a empezar este verano. El señor Rueda, con un consejero de la Junta que mantuvo en su cargo a pesar de que había sido denunciado por agresión sexual", ha apostillado.

Según Sánchez, el PP "es una enciclopedia de corrupción con capítulos autonómicos" y ha terminado espetando a Feijóo que si quiere "dar lecciones, tiene mucho por delante". El revuelo entre los escaños de los 'populares' ha crecido en ese momento - entre gritos de 'dimisión, dimisión'-, desencadenado la llamada a la calma por parte la presidenta del Congreso, Francina Armengol.