Entre gritos de president de los asistentes, el acto organizado este sábado por Junts en Catalunya Nord, en concreto, en la localidad de Els Banys i Palaldà, para cerrar filas en torno a la figura de Carles Puigdemont sirvió para desvanecer dudas en relación a su retorno a Catalunya. El expresident no se fue por las ramas y aseguró que, aunque los jueces del Tribunal Supremo no hayan aplicado la amnistía aprobada por el Congreso, y a pesar de las voces que le aconsejan que no se arriesgue a ser detenido, él volverá para asistir a una investidura “pese a quien pese”, aunque el candidato sea el socialista Salvador Illa, e instó al Gobierno de Pedro Sánchez a evitar lo que sería una “detención ilegal”.

Tras semanas de discreto silencio, Puigdemont fue el protagonista absoluto en Els Banys i Palaldà, en Catalunya Nord, arropado por la plana mayor de Junts, coincidiendo con el cuarto aniversario de la fundación del partido y en vísperas del posible retorno del expresident, aunque sigue pesando sobre él una orden de detención tras la decisión del Tribunal Supremo y del juez Pablo Llarena.

Complot judicial

Ante unas 2.200 personas, según la organización, Puigdemont denunció un “complot judicial” por parte de ciertos jueces, a los que acusó de perpetrar un “golpe de Estado” al negarse a aplicar la ley de amnistía, y afirmó: “Cuando no la aplican, están cometiendo un delito, y espero que el Fiscal General del Estado persiga este delito, y espero que las autoridades eviten lo que sería una detención ilegal, arbitraria”. “Esto es lo que hacen los gobiernos democráticos cuando hay una parte del Estado que los desafía. No miran hacia otro lado, sino que cogen el toro por los cuernos, toman decisiones y dicen: Señores de la toga, así no puede ser”, advirtió el expresident.

No solo eso, entre los gritos de president de los asistentes, Carles Puigdemont quiso dejar claro que en caso de que haya una repetición electoral, hará campaña desde Catalunya. “Solo un golpe de Estado lo podrá impedir”, insistió una y otra vez.

En su opinión, las resistencias judiciales a aplicar la ley de amnistía aprobada por las Cortes representan un “desafío a la democracia” comparable al “golpe de Estado” de “los Tejero, Milans del Bosch y Armada”. “Nos hemos de rearmar para confrontar este desafío grave”, advirtió Puigdemont, que acusó al Gobierno de Sánchez de “mirar hacia otro lado” ante esta “rebelión de los jueces”.

“Una decisión política”

Puigdemont reconoció que varias personas de su entorno le expresaron su “preocupación” ante la posibilidad de que, al regresar a Catalunya tras casi siete años en el exilio, lo encarcelen, por lo que, según estas voces, “no vale la pena” volver ahora para asistir a un debate de investidura de Salvador Illa. Tras “agradecer de todo corazón” estas muestras de preocupación, insistió en que “la decisión de volver del exilio no será personal, sino que será política”. “Yo estaré, caiga quien caiga, le pese a quien le pese”. El expresident no desaprovechó el acto para advertir a ERC por sus negociaciones para alcanzar un preacuerdo para la investidura de Illa. “Vienen días y semanas decisivos, críticos, ya que hay una amenaza real de un gobierno presidido por la versión más españolista del PSC, mucho más cercano a lo que representa Josep Borrell de lo que lo estaba José Montilla y en las antípodas de lo que representó Pasqual Maragall”, advirtió Puigdemont.

Unas palabras que fueron rubricadas por los otros participantes en el acto, el secretario general de Junts, Jordi Turull, y la presidenta, Laura Borràs, que invitó a ERC y a la CUP, a “reunirse” de nuevo.