Los dos partidos mayoritarios del Estado, PP y PSOE, vuelven a afrontar unas elecciones autonómicas como si fueran una segunda vuelta de los comicios generales y centrando buena parte de los mensajes en otras peleas que no son estrictamente las más locales. Galicia celebrará las elecciones el 18 de febrero y, en ellas, el PP tratará de retener su mayoría absoluta frente a los sondeos que no descartan que la pierda y que se abra una nueva etapa liderada por el Bloque Nacionalista Galego en alianza con los socialistas. En este contexto, el presidente del PP a nivel estatal, Alberto Núñez Feijóo, se ha centrado este sábado en agitar el miedo al nacionalismo como portador de todo tipo de inestabilidades y problemas, y realizó comparaciones con el procés catalán, pero no lo dejó ahí, sino que introdujo en la coctelera a la comunidad autónoma vasca. “¿Qué bien le puede hacer a Galicia que el nacionalismo traiga los problemas de fractura social de Euskadi o Catalunya?”, lanzó en un mitin en Pontevedra para arropar al candidato Alfonso Rueda, y en el que también participó Mariano Rajoy.  

No quedó muy claro a qué fracturas se refería en el caso vasco y si aludía al pasado. El debate en Euskadi está muy lejos de la crispación estatal en estos momentos, y el nuevo estatus se va a gestionar tratando de ampliar el consenso de 1979 y sin acuerdos excluyentes. La paradoja radica en que Feijóo hace este discurso sobre la fractura social cuando es el propio PP, desde las elecciones generales de julio, quien ha agitado las calles en contra del Gobierno español de Sánchez por apoyarse en los nacionalistas. Y, antes de llegar a ese punto, el propio PP sondeó un acercamiento a Junts y lo intentó con el PNV, e incluso cortejó al lehendakari Urkullu, pero después Feijóo ha defendido que no es presidente porque no quiere.

"Un Puigdemont con otro nombre"

Feijóo se presentó como el garante de la “igualdad”, para que “ningún gallego sea menos que un independentista”. “Esta tierra no puede pasar la fricción de otras. Estamos en que Galicia funcione de verdad, como ha venido funcionando y como seguirá funcionando durante los próximos años. El Gobierno de España es un bochorno para Europa. El Gobierno de Galicia es un ejemplo para España”, resumió, para añadir que “Galicia no necesita aquí un Puigdemont con otro nombre; se necesitan más servidores públicos, menos soberanismo y más autonomismo, menos Sánchez y más Rueda”.

Feijóo agitó el discurso de los “privilegios” que concedería Sánchez a los soberanistas catalanes, o la “colonización” de la justicia con la Ley de Amnistía. Arremetió contra “Bildu y ERC”, que “son los que le han puesto a él de presidente”, y contra un “nacionalismo que no acepta las formas distintas de querer a Galicia”.