Aunque la decisión no estaba tomada ni tan madura, el lehendakari ya llevaba semanas dando señales de que no barajaba un adelanto electoral. Lo hizo cuando se desmarcó del adelanto de las elecciones generales de Pedro Sánchez, cuando apostó por sacar adelante toda la producción legislativa posible (empezando por las leyes de educación y transición energética), y cuando entregó un puñado de documentación a su Gobierno antes del verano con la consigna de seguir en marcha. Pero, en sus declaraciones públicas, el lehendakari había recurrido a su conocida prudencia y se había mostrado más ambiguo. Hasta que este lunes ha confirmado en Radio Euskadi que trabaja con el escenario de hacer coincidir las elecciones vascas con las europeas del 9 de junio y que su “intención” es abordar este curso político como un curso lectivo “de nueve meses”. Eso sí, no descarta nada porque también puede influir la inestabilidad en el Estado.

Relación con Otegi

A partir de ahí, por respeto al proceso interno del PNV y porque él mismo tampoco ha realizado una reflexión personal, no avanzó si se presentará como candidato a la reelección como lehendakari. Tampoco entró a opinar si se imagina un duelo con el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en el caso de que el líder de la coalición abertzale se presentara como aspirante. Dijo que no se trata de un duelo entre personas, sino que se confrontan proyectos de los partidos. 

Además, reconoció que mantiene la interlocución con Otegi y que la semana pasada, sin ir más lejos, se intercambiaron unos mensajes. “Existe una relación normalizada”, confirmó, para añadir que también la tiene con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y con los portavoces parlamentarios de la propia Cámara vasca, incluida la de Vox, aunque ella se negó a participar en su última ronda de contactos. Además, rechazó las críticas de Bildu sobre la calidad de los servicios sociales en Euskadi, o que se contraponga a estos servicios la supuesta ambición que existe en el Estado. Urkullu argumentó que el 76% de los Presupuestos vascos se destina a asuntos sociales, mientras que EH Bildu los rechaza y aprueba los del Gobierno español.