El PNV ha vuelto a reivindicarse este sábado como el “voto útil” para los vascos por la amplia lista de acuerdos e inversiones que ha arrancado al Gobierno español, y que abarcan desde las pensiones hasta las infraestructuras o el autogobierno. Es consciente de que en estas elecciones generales es determinante poder acreditar ante el votante la utilidad y la influencia en Madrid y, por ello, tras unos meses midiendo sus palabras al respecto, finalmente ha planteado con claridad la paternidad de varios acuerdos que le disputan otros, y ha lanzado la idea de que la izquierda abertzale se ha apropiado de uno de los pactos que había desbrozado el PNV: la transferencia de Tráfico a Nafarroa, un asunto donde Pedro Sánchez cedió el protagonismo final a EH Bildu en una maniobra que molestó y desconcertó a partes iguales en Sabin Etxea. Y, en los últimos días, ya durante la campaña, cree que se le ha unido en esta estrategia Sumar, con la transferencia del Ingreso Mínimo Vital.

En un mitin celebrado en Gasteiz, el PNV comparó a la izquierda abertzale y a Sumar con un corredor que no participa en la carrera, pero que recurre a la picaresca y decide esperar agazapado detrás de un árbol, a 200 metros de la meta, para sumarse a última hora y reivindicar su victoria. El portavoz del PNV en el Congreso y candidato por Bizkaia, Aitor Esteban, recurrió a una metáfora deportiva con la exigente competición Ironman que se celebra en la capital alavesa. La comparó con la carrera de fondo en Madrid para conseguir que se introduzcan las enmiendas vascas en los Presupuestos, con la forma en que hay que dar pedales después para “no pinchar con las chinchetas de la Abogacía del Estado” cuando los acuerdos están ya firmados, o con la manera en la que hay que convencer a los altos cargos para que den cauce a los expedientes vascos porque son urgentes. “Y, a veces, hay que esprintar diciendo, mira majo o maja, o tiras adelante con esto ya, o en la próxima votación importante que haya, el PNV va a votar no”, aseguró.

Como ejemplo de esta carrera de fondo o esta labor de cocina, Esteban situó las transferencias de Tráfico y del IMV. Hasta que surgió el imprevisto. “En política, siempre hay más de un listillo o listilla que cree que, escondiéndose detrás de un pino a 200 metros de la meta, sin haber tomado parte en la carrera, va a intentar hacer creer a la gente y a los jueces que ha pasado la línea de meta en primer lugar. Y es que estoy oyendo cosas de alucinar en los debates a los que asisto. Que Bildu diga que ha conseguido la transferencia de Tráfico a Navarra tiene bemoles, porque está en el pacto firmado por Andoni Ortuzar y Pedro Sánchez y lo negociamos, primero yo, para cerrarlo después en el propio Palacio de La Moncloa la presidenta Uxue Barkos con el presidente español. Y ahora aparece Bildu, escondido detrás de un pino y vendiendo mercancía vieja...”, dijo.

Y alucino con Sumar, que nos dice que gracias a ellos llegó la transferencia del IMV. Tiene bemoles. Yo no les vi cuando a las tres de la mañana estaba colgado del teléfono, forzando al ministro Escrivá y la ministra Montero a ceder y hacer la transferencia conforme a las normas del Concierto Económico. Hasta el último minuto estuvimos, y solo el temor a que los votos del PNV hicieran caer el Presupuesto les hizo rectificar. Podemos, o Sumar, como se llaman ahora, no pintó nada, ni tampoco les importaba un pimiento si había transferencia o no”, añadió. Aseguró que el PNV no se viste con “plumaje ajeno”, al contrario de lo que harían estos partidos.

Esteban recordó que ningún gobierno, sea del color que sea, da las cosas gratis. “Lo dan en la medida en que necesitan apoyos”, avisó. Por ello, pidió el voto para tener un grupo fuerte e influir.

Ampliar el autogobierno

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, por su parte, volvió a ahondar en la idea de que el PNV es el voto útil y sacó la lista de los acuerdos alcanzados por los jeltzales, o bien de las medidas que han apoyado en las Cortes Generales: el acuerdo sobre el Concierto Económico y el Cupo, la actualización de las pensiones con el IPC, el pacto sobre el Ingreso Mínimo Vital, la reducción del precio de la electricidad y el gas para abaratar la factura a las familias y la industria, inversiones para las infraestructuras, la apertura del aeropuerto de Foronda, la competencia sobre las carreteras vascas...

Pero también presentó al PNV como el único garante para la defensa del autogobierno, frente a los partidos de obediencia estatal, y frente a una izquierda abertzale que ahora se incorpora a la normalidad pero que ha estado “cuarenta años jo ta ke”. Reivindicó “la excepción vasca”, el voto al PNV para pedir el reconocimiento nacional de Euskadi, bilateralidad, ejercicio compartido de soberanía y participación directa en Europa. Avisó de que el autogobierno “no se limita, no se detiene, no se lamina; se respeta y se amplía”. 

En ese sentido, criticó la “pandemia silenciosa de la recentralización” que se ha agravado durante el covid y que ha provocado un “incumplimiento sistemático” del Estatuto de Gernika, leyes básicas y sentencias cuestionando el consenso social sobre el euskera. “En las trabas o retrocesos o menosprecios al autogobierno vasco, todos los demás partidos están de acuerdo, por acción o por omisión”, zanjó, en una alusión implícita a la forma en que EH Bildu ha respaldado la Ley de Vivienda, que para el PNV es una invasión competencial de libro.

Sobre la visita fugaz del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le recriminó que visite Euskadi para dar lecciones al PNV porque “no sabe sujetar a Bildu”. “Mejor haría en dejar de ser el mejor jefe de publicidad de Bildu. Cada vez que Feijóo abre la boca, Bildu gana 100 votos, y la abre a todas horas”, afeó.