El Gobierno vasco ha recordado que las normativas existentes en política penitenciaria “son para todos los presos, hayan pertenecido o no a ETA”, por lo que todos ellos “recibirán el mismo trato”. Respondió así a la huelga de hambre que inició el pasado día 19 Garikoitz Etxeberria, que cumple condena en Zaballa, por no facilitarle una celda individual, a la que después se sumaron otros seis reclusos de la banda internos en el mismo penal, y otro más en Iruñea. Etxeberria ha abandonado la protesta tras dar las primeras muestras de deterioro físico y cansancio en el reconocimiento médico diario. El resto de reclusos han dejado asimismo la huelga, lo que han comunicado por escrito.

Según ha podido saber este medio, Etxeberria permanece en el departamento de ingresos y será trasladado a una celda individual en el módulo residencial cuando haya una libre. Se da la circunstancia de que hoy ha tenido una comunicación con su mujer y tras conocer el leve deterioro de su salud ha comunicado que dejaba la huelga de hambre. 

Etxeberria fue trasladado el 14 de abril desde la prisión palentina de Dueñas a Zaballa, en la que se le asignó una celda compartida con otro recluso. Cinco días después comenzó la huelga, ya finalizada. Este preso abandonó el EPPK en abril de 2022 y cumple una condena acumulada de 20 años por diversos delitos. Los reclusos que se sumaron a la protesta eran Jon Kepa Preciado, Orkatz Gallastegi, Mikel San Sebastián, Aitor Cotano, Dani Pastor y Jesús Mari Etxebarria, todos ellos en Zaballa, y Patxi Ruiz, en Iruñea. Las fachadas de tres batzokis en Donostia amanecieron ayer con pintadas de solidaridad con ellos.

El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, afirmó que las decisiones que se adoptan sobre los presos de ETA “están enmarcadas en el reglamento penitenciario en vigor”. Añadió que “es responsabilidad de Lakua garantizar la vida, la salud y la seguridad de todas las personas presas en Euskadi”.