El Foro Social Permanente, el colectivo que nació hace una década para impulsar "el proceso de paz" en Euskadi y generar vías para "resolver las consecuencias de la violencia", pondrá fin a su trabajo en marzo aunque entiende que "el proceso de resolución no está culminado".

Este Foro ha celebrado este sábado en Durango un encuentro en el que ha hecho balance de sus años de trabajo y en el que han tomado parte, entre otros, Agus Hernán, Nekane Altzelai, Nazario de Oleaga, Expe Iriarte y Eneko Calle.

En una declaración leída por su portavoz, Agus Hernán, se ha recordado su nacimiento en 2013 "de la mano de Lokarri y Bake Bidea, en un contexto de bloqueos múltiples con el fin de impulsar desde la sociedad civil una vía para resolver", lo que han calificado de "consecuencias del ciclo de violencias".

"En junio de 2016 nace el Foro Social Permanente, que recoge esa misión y va actualizando esas recomendaciones, generando espacios multilaterales que han ido, progresivamente, consensuando las bases de los diferentes marcos de resolución en cuestiones como el desarme civil y la disolución de ETA; el derecho de todas las victimas a la verdad, la justicia y la reparación; la resolución de la cuestión de las personas presas y la construcción de una memoria crítica inclusiva", han destacado.

En la declaración de este sábado, las 17 entidades y personas que, a título individual, conforman el Foro Social han destacado que es "mucho lo avanzado" en los últimos diez años y que, según consideran, ha sido posible "gracias a la perseverancia de la sociedad civil y porque ha habido suficiente madurez para construir espacios de confianza que han generado consensos que, a su vez, han permitido avances significativos en todos los ámbitos".

"Este trayecto se ha podido realizar porque ha sido colectivo. Son numerosos los actores institucionales, políticos, sindicales y sociales que han decidido progresivamente salir de sus zonas de confort para hacer este camino juntos, priorizando lo que les une a lo que les separa: la búsqueda de la cohesión social y la convivencia democrática", han asegurado.

Tras destacar la "pluralidad del Foro Social Permanente", han valorado que de las doce recomendaciones del primer Foro Social, "once se han cumplido o están maduras para hacerlo". "Para aquellas consecuencias del ciclo de violencias que están en vías, los marcos de resolución aparecen ya definidos. En las otras,  las bases están sentadas", han defendido.

Por todo ello, han anunciado que el próximo mes de marzo y coincidiendo con el décimo aniversario del I Foro Social, darán por finalizada su etapa de trabajo y por tal motivo organizarán "un sexto y último Foro Social".

"Hemos tomado esta decisión por unanimidad, basándola en un balance riguroso y orgullosos de haber aportado nuestro granito de arena para dejar una sociedad mejor a las nuevas generaciones", han expresado.   

NUEVOS INSTRUMENTOS

A su entender, el proceso de "resolución no está culminado" y han advertido que en estos meses han aparecido "obstáculos nuevos en el camino, que identifican los retos de una nueva fase que no será como la anterior". "Una nueva fase del proceso de resolución de las consecuencias del ciclo de violencias que deberá afrontar nuevos retos y dotarse para ello de nuevos instrumentos", han añadido.

Tal como han señalado, no existe todavía "un marco de resolución", y este depende no tanto de sus recomendaciones sino "de la voluntad política de los partidos políticos para consensuar unos mínimos". "En este sentido, el ciclo electoral que se inicia no ayuda", han alertado.

Asimismo, han lamentado que "existen algunos agentes que en este terreno están haciendo una verdadera función de lobby, con el fin de condicionar este marco de resolución que ya empieza a definirse".

Además, han advertido que Euskadi es una "sociedad en transición y, "aunque no nos vamos a poner de acuerdo en el por qué ocurrió, sí debemos sentar las bases del futuro común al que queremos ir y que permita dotar a nuestra sociedad de un marco de resolución integral basado en una convivencia democrática".

"Existe un riesgo claro en esta fase, el de la desmemoria. Este riesgo está siendo alimentado con la manera en la que se está tratando públicamente esta cuestión. La crispación en torno a la "batalla del relato" genera hartazgo en la sociedad", han afirmado.

Tras destacar que una vez que "la totalidad de presos se encuentren cumpliendo sus condenas en las cárceles de Zaballa, Basauri, Martutene e Iruñea-Pamplona" el "marco de resolución" pasa por "desmontar toda la política de excepcionalidad", se han referido así a las leyes 7/2014 y 7/2003 de acumulación de penas y de cumplimiento de 40 años íntegros.

Entre las tareas pendientes en el balance de gestión han situado así "el desmontaje de toda la política de excepcionalidad", y han advertido que "el tema de las personas huidas y deportadas sigue fuera de la agenda de resolución".