El expresidente de la Generalitat de Valencia y exministro de Trabajo con el PP, Eduardo Zaplana, ha solicitado este martes que el expresidente andaluz José Antonio Griñán no entre en prisión después de que su defensa pidiera la suspensión de su entrada por una enfermedad grave sobrevenida. "La justicia pierde su sentido cuando olvida las razones humanitarias", ha sostenido.

En declaraciones a Europa Press, Zaplana ha señalado que se ve "en la obligación y en la necesidad moral" de pedir que el exdirigente socialista, condenado por el caso de los ERE a seis años de cárcel por los delitos de prevaricación y malversación, no tenga que ingresar en prisión.

Se da la circunstancia de que Zaplana permaneció en prisión provisional durante nueve meses por su imputación en el 'caso Erial', tras ser arrestado en mayo de 2018, a pesar de que su defensa pidió otras medidas menos lesivas para su estado de salud, habida cuenta que padecía leucemia.

Si bien los momentos procesales de Griñán y Zaplana son distintos, el primero ya tiene condena confirmada por el Supremo y el segundo está pendiente de juicio, sí que hay cierta similitud pues ambos padecen enfermedades severas que necesitan de un tratamiento que no siempre puede dispensarse de la mejor manera en un centro penitenciario. 

LA CÁRCEL "NO ES LUGAR" PARA SEGÚN QUÉ ENFERMEDADES

Al respecto, Zaplana ha indicado que "la cárcel no es lugar donde se puedan tratar según qué tipo de enfermedades" y recuerda que en febrero de 2023 se cumplen cuatro años desde que salió él de la provisional, donde pasó esos nueves meses "sin ser juzgado" y con informes forenses que entendían que su estado de salud "era incompatible con la estancia en prisión".

Recuerda que por aquel entonces "diversas personas de distinto signo político denunciaron esa situación y pidieron de forma infructuosa sensibilidad" ante aquella situación.

Zaplana sólo obtuvo la libertad provisional en febrero de 2019 cuando la juez instructora del caso entendió que las diligencias que se habían practicado garantizaban que se había reducido el riesgo de fuga.

"Hoy, me veo en la obligación y en la necesidad moral de pedir que ni José Antonio Griñán ni nadie, en igual situación, tenga que ingresar en prisión. La justicia pierde su sentido cuando olvida las razones humanitarias", ha reiterado.  

LA SITUACIÓN DE GRIÑÁN

Griñán está ahora a la espera de la decisión de la Audiencia de Sevilla sobre su petición para que suspenda el requerimiento de ingreso voluntario en la cárcel alegando una enfermedad grave sobrevenida.

La petición de la defensa se producía después de que la Sección Primera de la Audiencia desestimase un último recurso de súplica, y en el escrito esgrimía que es posible dictar la suspensión de la privación de la pena de cárcel sin requisito alguno en caso de que el penado esté aquejado de "una enfermedad muy grave con padecimientos incurables".

Este último movimiento de los letrados de Griñán se produce además después de que el ex viceconsejero de Empleo Agustín Barberá, también condenado, esgrimiese argumentos similares y la Audiencia