El diálogo se mantiene abierto porque nadie quiere presentarse como el culpable de romper las negociaciones, pero todo parece anticipar que el Gobierno vasco tendrá que sacar adelante los Presupuestos de 2023 con la mayoría absoluta que suman PNV y PSE. Las sensaciones no son positivas. El consejero Pedro Azpiazu ha estudiado las propuestas de la oposición y este miércoles ha entregado una contraoferta a EH Bildu, Elkarrekin Podemos-IU y PP+C's, pero estos grupos han desdeñado su contenido y, sobre todo los dos primeros, anticipan que el acuerdo está muy lejos. El argumento que emplean es que les ofrece poco dinero (54,05 millones a EH Bildu, 41,87 a Elkarrekin Podemos-IU y 27,5 para PP+C's) o que su promesa de impulsar el debate fiscal cuando la economía se estabilice no es suficiente. Azpiazu no da por cerrado el proceso y, por ejemplo, ha ofrecido tres enganches políticos a EH Bildu para sumarse a los Presupuestos, pero también quiere que la oposición asuma su peso real ante un Gobierno que tiene mayoría absoluta. Por ahora, la posibilidad de repetir el acuerdo con EH Bildu parece muy lejana y la proximidad de las elecciones municipales y forales de mayo no ayuda.

En la segunda reunión que ha mantenido este miércoles con toda la oposición salvo Vox, el Gobierno vasco ha ofrecido una propuesta personalizada para cada uno, en función de su peso parlamentario, con medidas en los ejes estratégicos que planteaban estos grupos, pero adaptando sus iniciativas al marco competencial y económico. Sobre todo, ha ajustado las cantidades de 450 y 511 millones que pedían los dos grupos de izquierda y que parecían astronómicas.

Sobre la fiscalidad, un asunto en el que insistían los tres partidos, se ha comprometido a poner en marcha "en serio" el proceso de revisión en 2023 junto con las instituciones forales competentes, pero solo cuando los indicadores económicos se estabilicen para extraer conclusiones más fidedignas. Ha ofrecido revisar las reformas fiscales de 2014 y 2018, que tendrían que haberse examinado en 2020 de no haber sido por la pandemia. No puede anticipar cuándo se aprobarían esas medidas porque corresponde a los entes forales, y en mayo se enfrentarán a unas elecciones. Eso sí, de manera verbal, Azpiazu ha añadido que la reflexión se puede abordar a partir de enero de 2023, un matiz que confirman fuentes del departamento a este periódico. Este compromiso se asemeja a la apuesta por abrir el melón que planteó EH Bildu, lo que da a la coalición la oportunidad de anotarse ese mérito, pero la coalición rechaza la formulación de Azpiazu por la coletilla de esperar a que se estabilicen los indicadores económicos. Podemos-IU y PP sí pedían ya medidas concretas que el Gobierno vasco no ha considerado por ser competencia de las Juntas Generales.

Tercera reunión con los grupos

En una rueda de prensa posterior a los encuentros, Azpiazu no ha querido dar carpetazo al diálogo y ha anunciado una tercera reunión con todos los grupos. Aunque ningún partido ha tenido buenas palabras, él ha mantenido que el Gobierno vasco "tiene voluntad y por eso ha trabajado en estas propuestas". "Es importante ubicar esta negociación como lo que es, una negociación en Euskadi con un gobierno con mayoría absoluta. El Gobierno ha trasladado una oferta generosa", ha dicho, para añadir que espera que todos sean capaces de llegar a un acuerdo "porque sería un éxito colectivo".

A los partidos les ha pedido que tengan en cuenta "la posición que cada cual ocupa en el tablero político", y ha añadido que la proximidad de las elecciones municipales y forales de mayo puede condicionar el debate. Ha dicho que las cantidades que ha ofrecido son el máximo que puede ofrecer su gobierno, y que entiende que no es un monto espectacular, pero también ha pedido a los grupos que asuman que sus exigencias excedían lo "razonable".

EH Bildu, menos que el año pasado, pero más que en Nafarroa

A EH Bildu le ha ofrecido 54,05 millones con 32 compromisos, algunos de ellos ya incluidos en el proyecto. Azpiazu ha preparado tres enganches para la coalición: por un lado, le concede la apertura del debate fiscal, le acepta en su literalidad su exigencia de impulsar una iniciativa parlamentaria para transferir a las comunidades las competencias para formar a residentes de todas las especialidades médicas, y también acepta analizar vías para que los ciudadanos participen en proyectos de energías renovables esté implicado el Ente Vasco de la Energía o no lo esté.

Se recogen 30 millones de incremento en Osakidetza, incluidas las 358 plazas en atención primaria, medidas que dan continuidad al acuerdo de las Cuentas de 2022; seis millones para ampliar en 1.300 viviendas el alquiler social; 20 millones para atención primaria y para consolidar la plantilla, un millón en formación para el programa juvenil Lehen Aukera, diez millones para el autoconsumo energético, y 15 millones para la línea de préstamos del Instituto Vasco de Finanzas para los sobrecostes del sector primario.

Es cierto que el Presupuesto ha crecido hasta los 14.250 millones y que, aun así, las cantidades ofrecidas a la oposición son inferiores a las que planteó el Gobierno vasco el año pasado y a los 253 millones pactados con EH Bildu, pero este ejercicio lo ha realizado el Gobierno pese a contar con una mayoría absoluta suficiente para sacar adelante el proyecto. Además, en el caso de EH Bildu, la coalición ha pactado el 0,26% de las Cuentas con el Gobierno navarro, unos 15 millones, y Azpiazu le ofrece más, el 0,38%. Es cierto que en Nafarroa ha arrancado compromisos fiscales que son competencia del Gobierno foral, pero es un Ejecutivo que está en minoría y necesita más votos y, aun así, en el porcentaje puro y duro, la oferta de Azpiazu es superior.

Además, la idea de que el dinero que se le ofrece ahora es inferior es muy matizable. A los 253 millones que pactó el año pasado hay que restarles en realidad cerca de 90 millones para la sostenibilidad energética de los ayuntamientos, porque era una actuación ya prevista por el Gobierno vasco. También se anunció que el aumento en I+D+i pasaría del 6% al 12%, pero a nivel presupuestario la cifra alcanzaba de por sí un 10%. Además, el acuerdo del año pasado era bianual, y ahora se ofrecen inversiones para un solo año.

Maddalen Iriarte: "Está muy lejos"

Tras el encuentro, EH Bildu, el grupo que pactó los Presupuestos de 2022 y se abstuvo, ha enfriado mucho un posible entendimiento. Maddalen Iriarte no ha querido dar un portazo, pero de sus palabras se desprende la sensación de que no pinta bien y de que su grupo quiere colocar la responsabilidad de este desenlace en Azpiazu. Le parece que ofrece muy poco dinero, que sigue sin abrir el melón fiscal, y que no llega a responder a sus propuestas, sino que le ofrece otras medidas.

"Vamos a analizar en profundidad el texto que nos ha presentado el Gobierno, pero nos parece que no recoge mayormente las propuestas que EH Bildu ponía encima de la mesa para dar soluciones más allá de las paliativas en Osakidetza, la emancipación juvenil o la energía. Lo que advertimos en la propuesta del Gobierno es que no están siquiera recogidas. Está lejos de los temas que planteó EH Bildu y no responde a los temas claves, a fijar ratios en Osakidetza y publificar emergencias, no se responde a la propuesta de bono energético... Está muy lejos. El Gobierno ha hecho un ejercicio con algunas cosas que no hemos propuesto, pero lo analizaremos", añadió. Lo que quería decir Iriarte es que, por ejemplo, en la emancipación juvenil, se destina dinero a políticas que ya existen, y no a otras nuevas.

Sobre la fiscalidad, aseguró que el Gobierno ha propuesto hablar cuando se estabilicen los indicadores económicos, pero su grupo rechaza esperar e insiste en trasladar la idea de que EH Bildu es posibilista porque propone simplemente abrir el melón sin prejuzgar cuáles deberían ser los cambios en los impuestos. Iriarte criticó también la cantidad que le ofrece Azpiazu, frente a los 450 millones que exigía su coalición. "Se ofrecen 39 millones, más 16 en líneas de créditos comprometidos, una diferencia muy grande", dijo, para añadir que ahora sí hay dinero, que la recaudación "está siendo importante" y las reglas de gasto europeas están suspendidas.

Elkarrekin Podemos-IU tampoco está cerca

En el caso de Elkarrekin Podemos-IU, esta negociación se empieza a parecer como dos gotas de agua a la que tuvo lugar el año pasado. Miren Gorrotxategi dijo tras la cita que su grupo tiene que "estudiar con detalle" la oferta: "Pero en este momento no estamos cerca de lograr un acuerdo". "El aumento de Presupuesto que nos ofrece es un 0,2%, 41,87 millones de euros que quedan muy lejos de la propuesta que consideramos necesaria. Hay cuestiones muy importantes que no se recogen, como la reforma fiscal, que no se presta a tenerla en cuenta en estos momentos, no se recoge crear una empresa pública de energías renovables, tampoco la tasa turística y nada concreto en educación. Los compromisos políticos a los que sí se presta son en su mayoría compromisos que ya estaba incluyendo en los Presupuestos, no suponen una ampliación de lo ya presentado", dijo.

La negociación del año pasado ya se rompió por el asunto de la empresa pública de energía, y este año Podemos-IU apostaba fuerte también por vincular este acuerdo al pacto educativo y a lograr partidas para abrir escuelas públicas en municipios donde no las haya. A este respecto, la oferta de Azpiazu contempla tres millones para el tramo de cero a dos años en el consorcio Haurreskolak gratuito, 0,9 millones para un proyecto piloto de software libre para centros públicos, y aprobar el proyecto de Ley de Educación a finales de 2022 o en el primer trimestre de 2023 respetando las bases acordadas y dotando "recursos suficientes". En la salud bucodental, servicio que quiere publificar, se destinan 20 millones para los niños hasta 6 años, embarazadas y personas con discapacidad y cáncer en cara o cuello. Le ofrece aprobar en el primer trimestre de 2023 un reglamento para el desarrollo reglamentario del derecho subjetivo a la vivienda.

PP+C's: "30 millones no son la mejor noticia"

Azpiazu ha ofrecido al PP una cantidad similar a la pactada con este partido en la época de Alfonso Alonso. Tanto el PP como Podemos-IU son los partidos con menor representación parlamentaria. Le ofrece 27,5 millones, una cantidad que Luis Gordillo ha dicho que "no es la mejor noticia". Además, insiste en la reforma fiscal para aliviar la carga de impuestos. A este grupo se le ofrecen tres millones para la gratuidad de las haurreskolak hasta los dos años, y para que el tramo de 2 a 3 de centros concertados pase a formar parte del concierto educativo, aunque son medidas ya anunciadas desde la consejería. Se le ofrecen un millón para proyectos de innovación en Formación Profesional, y dos millones para emprendedores y pymes de nueva creación.