- La polémica provocada por la reciente visita de Juan Carlos I al Estado español viajó de la Casa Real a la arena política para aterrizar ayer con estruendo en la sesión de control del Congreso.
La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, cargó contra el rey emérito al asegurar que los “defraudadores” fiscales, “también los que participan en regatas en Galicia”, deben pagar lo que les corresponde en España para ayudar a la gente que padece desigualdad.
Belarra respondía así a una pregunta del PP sobre esta cuestión. “El apellido de la desigualdad en España se llama Partido Popular”, dijo la líder de Podemos, y el barullo con el que respondió la derecha obligó a a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, a intervenir. “¿Pero dónde se creen que están? Están en el Congreso de los Diputados, respeten la institución por favor”.
Sin embargo el desencuentro pronto saltaría la trinchera de los adversarios naturales para cebarse en los propios socios que sostienen al Gabinete Sánchez. En este caso, a través de ERC, que cargó contra el PSOE por no hacer lo suficiente para combatir los problemas estructurales de un Estado, rey emérito incluido, del que sentenció: “el problema no son las cloacas del Estado, el Estado es la cloaca”. A partir de ahí, la diputada de Esquerra Carolina Telechea arremetió contra la permisividad mostrada por el PSOE ante un “rey abusivo, corrupto y mentiroso”, y extendió sus críticas hasta Podemos, al que acusó de “inacción”.
Nuevamente Batet tuvo que intervenir para pedir orden mientras Félix Bolaños defendía que el Gobierno está trabajando en reforzar “la transparencia, la rendición de cuentas y la ejemplaridad de la Jefatura del Estado”.
Horas después, el Senado aprobaba tomar en consideración despenalizar las injurias a la Corona y los ultrajes a España a propuesta de ERC y EH Bildu gracias al voto favorables de PSOE y con el rechazo frontal del PP y Vox.