Los tribunales vuelven a cruzarse en el camino del deshielo entre el Estado y Catalunya, con la decisión del Tribunal Supremo de revisar la concesión de los indultos del Gobierno de Pedro Sánchez a los soberanistas que lideraron el procés. Este movimiento, que torpedea los esfuerzos de Sánchez con sus socios de ERC, ha sido también criticado este martes por el lehendakari, quien ha recordado que ya dijo desde un principio que este problema político “no se debía judicializar”. Defendió que la herramienta adecuada es “el diálogo”, y trajo a colación que Euskadi también ha sido “sufridora” de los tribunales, con una sentencia en contra del presidente del Parlamento Vasco y de la Mesa (en referencia al fallo contra Juan Mari Atutxa por no disolver el grupo Sozialista Abertzaleak).
“En ese caso, se trataba de una gestión desde la autonomía del Parlamento. Los procesos políticos deben resolverse mediante el diálogo. La ciudadanía tiene a sus representantes políticos elegidos libremente, y son sus representantes los que tienen que buscar vías de solución. La judicialización de la política no es buena”, dijo en declaraciones a los periodistas tras su encuentro con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
El lehendakari apoyó en su momento la concesión de los indultos, que afectaron entre otros a Oriol Junqueras. El PSOE había respaldado al PP de Mariano Rajoy en su estrategia de judicialización pero, cuando Sánchez llegó a La Moncloa, apostó por destensar la situación y defendió los indultos como una apuesta por la convivencia. La decisión del Supremo es también una piedra en el zapato para el propio presidente español. Y ha sido extraña, porque el tribunal se corrige a sí mismo tras haber rechazado los recursos.
Aunque el movimiento haya sido producto de una decisión del tribunal por un cambio de mayorías a favor de los conservadores (se ha decidido por tres votos a dos), ERC cree que podría haber puesto más de su parte y lo sucedido añade tensión en un momento ya de por sí complicado tras el estallido del escándalo del espionaje a los independentistas, aún no resuelto. El PNV quiere que la legislatura estatal dure para dar margen a la negociación de las transferencias que recoge el Estatuto de Gernika. En algunos ámbitos se descarta que se pueda producir un vuelco y un regreso a prisión, y además se discute mucho a nivel jurídico si la decisión es revisable, puesto que podría suceder que el Supremo solo ponga condiciones. Pero, en cualquier caso, de entrada crece la tensión política.
LOS ACUERDOS CON CANTABRIA
Urkullu realizó sus declaraciones tras reunirse con Revilla en Donostia, aprovechando un encuentro de la comisión del Arco Atlántico, que reúne a la CAV, Cantabria y varios territorios de Irlanda y Portugal. Pese a sus diferencias ideológicas, ambos dirigentes hicieron gala de una sintonía absoluta en lo que se refiere a la gestión de las necesidades de los municipios limítrofes. Por un lado, anunciaron que firmarán a partir del 15 de julio un acuerdo-convenio en materia de sanidad.
Por otro lado, Urkullu hizo causa común con Revilla para defender dos reivindicaciones ante el Gobierno español de Pedro Sánchez: un tren de Bilbao a Santander que pueda completar el trayecto en 55 minutos con paradas en Laredo y Castro Urdiales, y que el Estado active el procedimiento para que el Arco Atlántico se convierta en una macrorregión.
Revilla recordó con toda la intencionalidad posible que Sánchez será el presidente de turno de la Unión Europea en el segundo semestre del año que viene, y que será su momento para atender esta exigencia. Lo que escenificaron ambos líderes es que la relación entre las dos comunidades marcha como la seda, a diferencia de los desencuentros que hubo en el pasado y que el propio Revilla admitió. Ya durante la pandemia, Urkullu y Revilla se mantuvieron en contacto para poner en común las medidas para contener el virus, y solo se produjo un bache cuando el presidente de Cantabria reveló un mensaje de whatsapp del lehendakari sobre el cierre perimetral vasco y además realizó una interpretación errónea. Pero la cuestión no fue más allá.
REVILLA Y LA VELOCIDAD DE USAIN BOLT
La demanda del tren es sobre todo una causa de Revilla, y Urkullu quiso trasladar en público su respaldo a esa vía y a que pueda tener conexión con Europa y el corredor atlántico. “Cuenta con el apoyo de Euskadi para la ampliación del transporte viajeros y mercancías”, dijo. Añadió que el convenio sanitario está ya en el Parlamento Vasco e irá “en beneficio de la atención primaria, el transporte sanitario urgente, los trasplantes", u otras cuestiones como el intercambio de la historia clínica, las técnicas de trasplante de corazón y pulmón de Cantabria, o la cirugía genital vasca para personas de Cantabria.
Revilla se felicitó por la “muy buena vecindad que tenemos ahora y la sintonía personal y política”. Sobre la macrorregión, aseguró que “el momento oportuno es el tercer trimestre del año que viene con la presidencia de España; tiene que concretarse ya la macrorregión”. Criticó que Cantabria “es una gran olvidada en conexión ferroviaria” y que “para venir a Bilbao son 3 horas y 7 minutos”. “Cuando venía yo a Sarriko, 3 horas y 3 minutos. Vamos a una velocidad inferior a la de Usain Bolt”, lanzó, para recordar que el Gobierno español debe hacer hincapié en esta infraestructura porque, de lo contrario, Cantabria seguirá chocándose contra un muro cuando acuda a Bruselas.