- “No solo debe una explicación, sino también una disculpa” a la ciudadanía. El PSOE elevó ayer el tono ante una reaparición del emérito en el Estado español que ha dividido todavía más a la clase política, provocando inquietud tanto en Moncloa como en Zarzuela. El portavoz de la Ejecutiva socialista, Felipe Sicilia, enmarcó este regreso en una decisión “estrictamente personal” que no compete al Ejecutivo, aunque no perdió ocasión en pedirle a Juan Carlos I que entone en público el mea culpa por los casos que conllevaron su marcha a los Emiratos Árabes. También la ministra y portavoz del Gobierno de España, Isabel Rodríguez, se posicionó en este sentido y prefirió poner en valor el “esfuerzo muy importante” de la actual Casa Real “por avanzar en la ejemplaridad y la transparencia”. Pero los socios de Pedro Sánchez, principalmente Unidas Podemos, han puesto el grito en el cielo.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, criticó el comportamiento de Juan Carlos de Borbón por decidir volver, pues somete a la institución monárquica a un “calvario” y “agonía” cada vez que retrasa la necesaria rendición de cuentas sobre sus presuntas irregularidades. Más expresivo fue incluso el portavoz morado, Pablo Echenique, quien espera que “toda esa gente que hoy está indignada porque el emérito haya venido a restregarnos su impunidad por la cara sin ningún tipo de decencia ni pudor, luego no votará a partidos que blanquean a la monarquía y tumban las comisiones de investigación en el Congreso, ¿no?”. “Si después de robar a manos llenas, Juan Carlos I puede humillar a la democracia y restregarnos por la cara su impunidad entre vítores es por la inviolabilidad del artículo 56.3 de la Constitución, que sigue vigente y permitiría a Felipe VI hacer exactamente lo mismo”, lanzó.
Como es tradición, el rey recibió la mayor de las defensas desde la bancada de la derecha, aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se limitó a señalar que “son tiempos de Felipe VI”. Su homólogo popular en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, dijo que “cualquiera que analice la historia de nuestro país comprobará que el rey emérito fue crucial para que exista la Constitución y la democracia. Los nacionalistas y los independentistas también tienen que cumplir la Constitución”. El nuevo presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, apuntó que “desde el punto de vista de la promoción” turística, que haya escogido Galicia no es una mala noticia en absoluto”. Mientras, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, defendió su libertad para estar en España y subrayó el apoyo popular que suscita el emérito “ya que le aplauden por donde pasa, mientras que al presidente del Gobierno y los líderes de Podemos les abuchean”.
El diputado de Compromís, Joan Baldoví, catalogó como “paseíllo obsceno” la llegada del rey al club náutico. “Parece que no se entera de que está haciendo mucho daño a la Corona”, precisó, y añadió que si él fuera Felipe VI, le daría “algún recado” a su padre. “Me apena que haya ciudadanos que vitoreen a quien les ha estafado”, zanjó. l
lll “Burla” a la ciudadanía. El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, pidió ayer la comparecencia del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la del responsable de Interior, Fernando Grande Marlaska, para que expliquen la posición del Gobierno ante la visita del emérito a Galicia. Según expone en un comunicado, “es una burla al conjunto de la ciudadanía que después de fugarse para evitar la actuación de la Justicia tengamos que pagar las vacaciones al Borbón corrupto”. El diputado del BNG reprocha al Gobierno que intente “proteger un ex jefe del Estado envuelto en numerosos escándalos económicos y fiscales” y tilda de “injustificable la alfombra roja” que, a su parecer, el Ejecutivo estatal le está poniendo.