- Esquerra asume que hay que buscar una salida para reconducir sus relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez, diezmadas desde que estalló el escándalo por el espionaje, y confía en que la próxima reunión entre Pere Aragonès y el presidente español, así como un calendario para reactivar la mesa de diálogo, pueda ser la vía para desencallar la situación. Cabe recordar que esta herramienta, gestada en enero de 2020 con Quim Torra al frente de la Generalitat, apenas ha visto prender la luz de su celebración, en otra ocasión, y fue ya en septiembre de 2021 con Aragonès en el Govern. Desde entonces, Moncloa ha ido priorizando otras cuestiones bajo el paraguas de la pandemia y el conflicto bélico. La formación republicana parece ir rebajando el tono de su crispación con el tema de los seguimientos al independentismo pero ahonda en la necesidad de que el Congreso los investigue pese a que el PSOE sigue negándose a dar vía libre a una investigación parlamentaria y no prevé más ceses, mucho menos el de Margarita Robles.
En este escenario, Aragonés no da por cerrada la polémica y, más allá de la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban, exigió ayer que quien “ordenó” las escuchas asuma también “responsabilidades políticas”. “Se equivoca quien piense que con la decisión del cese de la directora del CNI se acaba la depuración de responsabilidades, la necesaria transparencia que aún no hemos encontrado y se logran las garantías de no repetición”, alertó, demandando que se desclasifiquen las resoluciones del magistrado que hicieron que los servicios secretos españoles espiasen a independentistas. Mientras el Gobierno de Sánchez no desclasifique esos documentos clave y proceda a lo demás, “nadie puede dar esta crisis ni por matizada ni por resuelta”, perseveró el president. El líder de la oposición en Catalunya, el socialista Salvador Illa, respondió que el Ejecutivo español ha ido actuando “con la información que disponía para mejorar la seguridad de los ciudadanos” y cree que las explicaciones “se tienen que dar donde corresponde y donde se han dado”, refiriéndose a la comisión de secretos oficiales.
El candidato a la secretaría general de Junts, Jordi Turull, consideró el relevo en el CNI como un “cambio de fusible” y apeló a no guiarse por fotografías ni estética. “Pedimos una comisión de investigación y que se sepa todo, detrás de la actuación de un funcionario de alto nivel siempre hay una directriz política”, aseguró en TV3. También abogó por no quedarse “con la anécdota de si investigaron al president, y solicitó poner el foco en la justificación del espionaje, que a su juicio es considerar el independentismo como terrorismo. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, que formará tándem con él en el liderazgo de la marca posconvergente, reclamó una investigación en profundidad y censuró a Moncloa por querer hacer una “cortina de humo” con la destitución de Esteban: “No cuela el tema del espía espiado”. En paralelo, Borràs amagó con someter a votación de la militancia del partido su pacto con ERC en función de la conducta que adopten en el futuro los republicanos. “Lo que decida nuestra militancia siempre es vinculante”, zanjó. l
l Amparo judicial. La ANC ha presentado una querella ante el Juzgado de Instrucción 32 de Barcelona para pedir amparo judicial por el espionaje y, aunque no dirigen la querella directamente contra nadie, apuntan “al Estado, a las fuerzas del orden público y al CNI como posibles autores de estos delitos”.