- Andoni Ortuzar desveló hace unos días en Gatika que el PNV prepara una convención para el mes de noviembre, donde el partido jeltzale presentará el resultado de su proceso de escucha activa a la sociedad, Entzunez Eraiki. Esos ejes articularán el programa para las elecciones municipales y forales de 2023, y supondrán el rearme del PNV ante los retos emergentes en occidente, como el cambio climático, la igualdad entre mujeres y hombres, o el envejecimiento de la sociedad, sin aparcar los principios fundacionales relacionados con el reconocimiento nacional de Euskadi.
Este proceso se presentó en la Asamblea General que celebró los días 27 y 28 de noviembre en el BEC de Barakaldo, y el PNV lo puso en marcha en febrero a través de la celebración de encuentros todas las semanas, unos encuentros con convocatoria pública, pero sin destripar el contenido de lo allí tratado ni incomodar a las personas sin carné que están tomando parte en las reflexiones. El propósito es ampliar las miras del partido jeltzale y tomar la temperatura a la sociedad vasca sin caer en la pura escenificación o el humo. Este proceso tiene un calendario perfilado y un diagnóstico elaborado por la Ejecutiva del PNV que no es estático ni cerrado, sino que se está enriqueciendo con las aportaciones recabadas.
Tal y como lo describen desde el PNV, el proceso aún se encuentra en una fase embrionaria. Ahora está tocando a su fin la primera fase de contacto y de puesta sobre la mesa de todas las ideas. A partir de mayo está previsto arrancar la segunda fase, en la que se llevará a cabo un contraste con todas esas ideas sobre la mesa y, de cada grupo, saldrán propuestas concretas. La conversación ha estado liderada por los burukides, de municipio a municipio, y lo que se va a hacer es articular el debate en torno a cuatro bloques (la agenda social, la económica y el trabajo, la Agenda 2030 y la gobernanza y la profundización democrática). A nivel nacional, los grupos los lideran Imanol Pradales, Imanol Lasa, Jone Berriozabal y Maitane Leizola. También habrá diálogo con expertos internacionales.
La segunda fase se extenderá desde mayo a junio, y la tercera fase, de puesta a limpio de las propuestas negro sobre blanco, se extendería entre septiembre y octubre. Se trataría de tenerlo todo listo para la convención de noviembre, a la que se va a llegar con un documento concreto que va a suponer el volcado de este proceso de escucha y que va a ser el principal instrumento que guíe su actuación, con una primera parada en las elecciones municipales y forales de 2023.
El PNV sigue manejando con discreción este proceso en el que tiene depositadas grandes expectativas. Por ahora, solo puede constatar que ha recibido “diagnósticos coincidentes con los del PNV, pero que los amplían”, como dijo Andoni Ortuzar cuando recibió a este periódico en Sabin Etxea para realizar la entrevista con motivo del Aberri Eguna.
El presidente de la Ejecutiva jeltzale puso en valor que se haya tenido contacto con personas no vinculadas al partido ni a la política. “No son los de siempre, no son la nomenclatura de las directivas de los sindicatos u otras organizaciones, sino que hemos ido a segundos y terceros niveles, a gente importante pero que no tiene esa notoriedad. Nos han dado una mayor perspectiva que si lo hubiéramos hecho solo con miembros del partido o con el establishment”, defiende.
Cuatro bloques. A partir de mayo está previsto arrancar una segunda fase, en la que se llevará a cabo un contraste con todas las ideas sobre la mesa y, de cada grupo, saldrán propuestas concretas. Se va a articular el debate en torno a cuatro bloques: la agenda social, la económica y el trabajo, la Agenda 2030 y la gobernanza y la profundización democrática. Las ideas se pasarán a limpio de septiembre a octubre para presentarlas en la convención de noviembre.
“La participación de gente que no es del PNV nos ha dado una mayor perspectiva”
Presidente del EBB del PNV