En la visita de Pedro Sánchez a Ucrania hay un elefante en la habitación. El presidente español, al igual que otros líderes europeos, ha decidido mostrar sobre el terreno su solidaridad ante la brutal agresión que está sufriendo Ucrania por parte de Rusia. El propio presidente ucraniano Volodimir Zelenski comparó el sufrimiento de su pueblo con el bombardeo sobre la población que tuvo lugar en Gernika durante la guerra civil, un bombardeo del que están a punto de cumplirse precisamente 85 años, y ante el cual todavía no se ha producido un gesto de desagravio por parte del Estado español.

Por caprichos del calendario, el aniversario del bombardeo en Gernika y la visita a Ucrania se solapan en el tiempo sin que se haya producido una petición expresa de perdón a la villa por parte del Gobierno español. En el contexto del aniversario del bombardeo, el PNV interpelará el martes en el Senado al Gobierno español en la sesión de control si "contempla realizar algún acto de desagravio con el pueblo de Gernika, como símbolo universal contra la guerra, por el ataque aéreo del 26 de abril de 1937".

La interpelación la formulará la portavoz Estefanía Beltrán de Heredia, y el Gobierno español determinará quién ofrece la respuesta. Es probable que lo haga Félix Bolaños en calidad de ministro de la Presidencia y Memoria Democrática. No será una pregunta a Sánchez porque el PNV no tenía turno. Las interpelaciones dan la opción de presentar después una moción en el caso de que el grupo proponente no quede satisfecho con las explicaciones.

Los jeltzales han cerrado filas desde el primer momento con Ucrania, al avalar el envío de armamento defensivo y realizar una condena sin paliativos de la invasión rusa. Durante el Aberri Eguna, defendieron el derecho de todos los pueblos a decidir en paz, como Ucrania y el Sahara, y han apreciado el gesto de Zelenski.

LA NEGATIVA DEL ESTADO A PEDIR PERDÓN

El PNV insiste, como cada año, en la necesidad de que se produzca un gesto de desagravio. El propio lehendakari Urkullu hizo llegar a Sánchez la carta de un superviviente del bombardeo, Emilio Aperribay, y le recriminó recientemente que no aprovechara una visita a Euskadi para acercarse a la villa. Tampoco parece que vaya a hacerlo ahora. Si Sánchez decidiera visitar Gernika-Lumo, crecería la presión para que se pronunciara en un sentido u otro, y el problema radica en que el Gobierno español se resiste a pedir perdón porque no se considera heredero del régimen de Francisco Franco, fruto de un golpe de Estado.

En realidad, la democracia española no se construyó desde la ruptura total con ese régimen, sino que hubo una transición suave y se mantuvieron ministros franquistas que fueron transitando hacia nuevas siglas. Incluso dejando a un lado estas disquisiciones, lo que está claro es que Alemania sí pidió perdón por la participación de la Legión Cóndor a pesar de que hayan transcurrido generaciones desde el régimen de Hitler y tampoco se pueda considerar que la actual Alemania sea heredera de aquellos horrores. El debate vuelve a ponerse sobre la mesa con un Gobierno español del PSOE y Unidas Podemos que sí ha mostrado ambición en otros ámbitos de la memoria histórica, como la exhumación de Franco del Valle de los Caídos.

El PNV también preguntará si se va a retomar la reforma de la justicia universal para poder juzgar crímenes internacionales como los que se producen en la guerra contra Ucrania.