Pedro Sánchez ha comenzado con mal pie la tramitación de su plan anticrisis para combatir las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania. Las apelaciones del Gobierno español al diálogo no se han visto acompañadas por hechos, por una negociación en tiempo y forma con los principales grupos del Congreso de los Diputados: a partidos como el PNV, los ha llamado a tan solo 24 horas de aprobar el decreto este martes en Consejo de Ministros. A todo ello se le suma que en la izquierda se piden medidas estructurales y no temporales.

En cualquier caso, el Gobierno español sigue jugando con la baza de la presión a los grupos, a los que pide responder con "patriotismo y unión". Esa es su ventaja. El flanco que sí ha cuidado Sánchez ha sido el de sus socios de Unidas Podemos dentro del Consejo de Ministros, con quienes ha acordado este plan y se ha garantizado cierta paz interna, aunque podrían resurgir las tensiones por las vías para rebajar el precio de la luz. Por la noche, la vicepresidenta Calviño se declaraba "sorprendida" por el anuncio de Unidas Podemos y su apuesta por topar el precio del gas 30 euros. No le pareció serio, según dijo en la cadena Ser. Pase lo que pase entre estos dos socios, además, este decreto aún lo tiene que convalidar el Congreso en las próximas semanas.

BOLAÑOS LLAMA AL PNV MEDIA HORA ANTES

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, fue de los primeros en alzar la voz en público. Mientras el Gobierno español filtraba a los medios de comunicación que había negociado con los grupos este fin de semana, el jeltzale lo corregía en su cuenta de Twitter. "Contactar. Estrictamente eso: contactar. Hemos tenido una conversación telefónica de 5 minutos hoy lunes a la mañana. Ahora estoy informándome a través de los medios sobre lo que ha explicado el presidente en su conferencia", dijo.

Este plan es clave para el PNV, preocupado por la situación crítica en la que puede quedar la industria vasca ante el incremento del precio de la energía y los problemas de suministro de materias primas. Es, además, un socio de investidura, con un pacto por escrito que implica tenerlo informado.

Fuentes del grupo jeltzale consultadas por este periódico explican que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, llamó al PNV sobre las 9.00 horas de la mañana, para avanzar los ejes que media hora después presentaría Sánchez en una conferencia. Una llamada estrictamente informativa. Tras ese tuit de Esteban, la situación comenzó a corregirse. "El Gobierno español nos ha empezado a remitir más información detallada", reconocían desde su grupo. El propio Esteban lo constataba con otro tuit: "El Gobierno, ahora sí, empieza a dar detalles de las medidas que va a adoptar".

EL PLAN DEL PNV

El PNV evitaba ofrecer una valoración precipitada. Para empezar, no estaba claro si iba a existir como tal un margen para negociar, teniendo en cuenta que el decreto se iba a aprobar en 24 horas. Moncloa tampoco había manifestado si se plantea tramitarlo como proyecto de ley abierto a enmiendas. En cuanto a los contenidos, Sánchez ha presentado medidas que atacan los problemas que veía el PNV, con 500 millones de euros para la industria gran consumidora de energía, para compensar los peajes en un 80%, y reforzar las ayudas directas al sector; además de abrir la vía para los ERTE con la condición de que se mantenga el empleo.

Sánchez planteó estas medidas dentro de un paquete de 16.000 millones con vigencia de tres meses hasta el 30 de junio, una temporalidad con la que, en principio, el PNV tampoco manifestó ninguna queja días atrás. El grupo de Esteban, no obstante, defendió la semana pasada una moción con diez puntos que incluía otras medidas, como flexibilizar el Estatuto de los consumidores electrointensivos, crear una reserva industrial de materias primas o desacoplar los precios del gas y la energía. Este punto depende de otra negociación: la propuesta conjunta que tienen que enviar el Estado español y Portugal a la Comisión Europea.

Sánchez comienza a tomar medidas después de que el lehendakari lo apremiara a tomar cartas en el asunto, aunque persiste la queja del PNV por las formas. Andoni Ortuzar ya se ofreció a colaborar con Sánchez la semana pasada, pero lamentó que se lo ponga difícil con la ausencia de negociación o con la decisión unilateral sobre el Sahara. Hay otros frentes abiertos en leyes como la de vivienda, donde no hay negociación.

EL PP DUDA

El PP pidió acceder al decreto (solo tuvo contactos "genéricos" el domingo a la noche), y no avanzará su voto hasta conocerlo. Está por ver si la llegada de Feijóo al PP sirve a Sánchez para alumbrar su primer pacto con este grupo, con quien ya hubo unanimidad en la declaración de la Conferencia de Presidentes. Pero Feijóo lamentó este lunes que es "el primer compromiso incumplido", porque no hay rebajas fiscales más allá de prorrogar las del IVA de la luz. Criticó la comunicación "genérica" con su grupo, aunque se muestra dispuesto a hablar.

EH BILDU Y ERC CREEN QUE SE QUEDA CORTO

EH Bildu y ERC respondieron al plan que propone Pedro Sánchez con un tono crítico. La coalición abertzale le reconoció algunos puntos positivos. Puso en valor, precisamente, algunas cuestiones destacadas por Unidas Podemos dentro de la negociación que ha encauzado con el PSOE en el seno del Consejo de Ministros, como la ampliación del Ingreso Mínimo Vital, o que se haya evitado la rebaja generalizada de impuestos que pedía el PP.

Pero EH Bildu, que tiene su propio plan con ERC, opinó por boca de Arnaldo Otegi que Moncloa propone un plan "paliativo" y temporal (hasta el 30 de junio), y vino a decir que el trato especial para España y Portugal es solo un parche, además de que Sánchez no ha llegado a concretar su plan para desacoplar el precio del gas y de la luz. Pidió adoptar decisiones "estructurales". EH Bildu plantea intervenir el pool de la energía y sacar el gas del método de fijación de precios. Aplaude el descuento de veinte céntimos por litro de carburante o los ERTE para evitar despidos.

Dice que estas medidas se las había planteado a Moncloa y se las reiteró por la mañana en una conversación telefónica. Reivindicó su plan con ERC, pidió un impuesto especial a las energéticas del 12% sobre el beneficio, y una moratoria al pago del alquiler. Desde ERC, Marta Vilalta opinó que las medidas "llegan tarde y se quedan cortas", y pidió "cambiar el modelo energético".

CIERRE DE FILAS DESDE PODEMOS... Y RECADO DE CALVIÑO

Desde Unidas Podemos, la vicepresidenta Yolanda Díaz respaldó el plan de Sánchez y dijo que es "muy difícil decirle que no". No fue un verso suelto, y Podemos respaldó este discurso. Reivindicó que los precios del alquiler solo se podrán revisar un 2%, aunque seguían negociando con el PSOE las vías para bajar el precio de la luz topando el del gas 30 euros. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quien choca habitualmente con Podemos por su defensa de la ortodoxia europea, no vio seria esta propuesta ni el hecho de hacerla pública desde un partido porque, según dijo por la noche, es un trabajo técnico y a tres bandas con Portugal y la Comisión Europea.