El acuerdo alcanzado el viernes por el PNV, el PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU en torno a las bases sobre la futura ley educativa de Euskadi, más allá de su importancia intrínseca por la amplitud de un pacto que abarca el 90% del arco parlamentario, es un logro de largo recorrido que debe continuar su tramitación en la Cámara autonómica para asentar la reforma de la educación.

Por este motivo, el PNV puso ayer en valor la estabilidad que aportará el peleado acuerdo de hace dos días, del que solo se han quedado fuera PP+C’s y Vox. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, afirmó que este avance significa que “más allá de cualquier coyuntura política, el sistema educativo vasco va a estar a salvo y se va a ir desarrollando en el tiempo”.

En una comparecencia en Sabin Etxea, aseguró que en su partido están “muy contentos” y destacó que ha sido un acuerdo “muy trabajado” y “muy importante”. El motivo de alegría es incluso mayor al tratarse de “una materia básica”. “Disponer de una buena educación es uno de los servicios públicos y uno de los derechos básicos de la ciudadanía”, dijo Andoni Ortuzar.

La placidez en la que se desarrollará esta labor en Euskadi contrastará además con “lo que vemos por otros lares”, en referencia al Estado, donde “cada ministro aspira a tener su propia ley de educación con lo cual hay poca seguridad y estabilidad en los modelos educativos”.

En Euskadi “no hemos caído nunca en esa tentación”, resaltó. El presidente del EBB añadió que “venimos de un gran acuerdo educativo que se produjo en época del lehendakari Ardanza hace 30 años y, ahora, ha surgido la necesidad de readecuar ese modelo educativo y se ha hecho con un nivel de consenso tan amplio que supera el 90% de la representación política”.

Insistió en que “los contenidos son de futuro y ponen en el centro del debate y del modelo al alumnado y la formación de futuro que tienen que recibir”. Felicitó por todo ello al consejero de Educación, Jokin Bildarratz, y al Gobierno Vasco en su conjunto, pero también a “los cuatro grupos políticos que han hecho posible este acuerdo”, porque “han sentado las bases para que Euskadi, a partir de mañana, sea mejor”.

El pacto se alcanzó a última hora de la tarde del viernes tras intensas negociaciones y una vez superadas las diferencias entre los grupos, sobre todo en lo relativo al tratamiento de las lenguas en la enseñanza. El mismo establece que la educación vasca se estructurará como “un sistema plurilingüe cuyo eje es el euskera”, y se articulará a través de las dos lenguas oficiales, el euskera y el castellano, y “al menos una lengua extranjera”.

Reto de país

Los cuatro partidos protagonistas de este hito tuvieron oportunidad ayer de valorarlo, y así el parlamentario del PNV Aitor Urrutia lo calificó de acuerdo “histórico y trascendental” por contar con un amplísimo respaldo de la Cámara, lo que dará a la norma “estabilidad y perdurabilidad en el tiempo”. “Es un reto de país y hemos asumido trabajar de la mano para dar respuesta la nuevas necesidades de la sociedad y del alumnado”, defendió en Radio Euskadi.

Por parte de EH Bildu, Ikoitz Arrese afirmó que “los objetivos que EH Bildu se marcó se han recogido en las enmiendas y estamos satisfechos”, por lo que realizó un balance “positivo”. Defendió por ello “un sistema plurilingüe con el euskera como eje para que todo el alumnado, cuando acabe la educación básica, tenga la competencia suficiente en las dos lenguas oficiales”.

El representante del PSE Alberto Alonso destacó que el acuerdo ya no es “de uno u otros, sino de todos”, gracias al “gran respaldo” obtenido por formaciones de “diferentes sensibilidades”. Por último, Isabel González (Elkarrekin Podemos-IU) aseveró que “nos ha costado mucho, pero es un acuerdo de país” en el que “hemos conseguido mover al Gobierno”. Del mismo destacó que la escuela publica será el “eje fundamental” del sistema y que se verá “reforzada en todas las áreas”, incluido el presupuesto y las plantillas.

Imposición del euskera

La nota discordante la marcó el portavoz parlamentario de PP+C’s, Carmelo Barrio, que acusó a PNV y PSE de “ceder ante EH Bildu”. Negó por ello que se trate de “un acuerdo de país” y denunció que el mismo “no engloba a todas las sensibilidades”, sino que es “un pacto en favor de una progresiva imposición del euskera y de la pérdida de peso de la educación concertada”. Lamentó que su formación hizo sus aportaciones pero “son los demás los que no han querido acordar nuestra claves políticas”.