- Tras 72 horas de silencio público, el PP de la CAV salió a la palestra llamando a la necesidad de “recuperar cuanto antes la credibilidad de las siglas” del partido, “nuestro mayor patrimonio”. Así se manifestó su presidente, Carlos Iturgaiz, al tiempo que rechazó la celebración de “congresos cainitas”, apelando a la “unidad” y a “estar detrás de la persona” que dirija la formación conservadora. El dirigente popular eludió posicionarse sobre la guerra personal entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso para “no contribuir con más ruido a todo lo que ya se está conociendo”, razón por la que ha callado estos días “por prudencia y responsabilidad”. Iturgaiz desveló que se da dedicado a hablar con afiliados y simpatizantes, y dentro del Comité Ejecutivo regional del PP vasco porque es “donde se tienen que hablar las cosas de familia”.
A su juicio, en el PP “no sobra nadie” y “todos nosotros tenemos la gran responsabilidad de que los simpatizantes, los votantes, no se alejen de nosotros, de que vuelvan a ilusionarse con nuestro proyecto, y eso lógicamente se puede recuperar solo desde la unidad, contando absolutamente con todos”. En una intervención en el Forum Europa Tribuna Euskadi en Bilbao, Iturgaiz apeló a “reconducir una situación que no se tenía que haber dado absolutamente nunca” y advirtió del peligro de congresos “guerracivilistas, de división, de crispación, porque eso ya lo hemos vivido y no lo quiere absolutamente nadie” en el PP. Por ello, cree que hay que intentar “salirse de tanta emocionalidad por todas las partes” y dar “paso a la racionalidad”, algo “muy importante en política especialmente cuando hay momentos complicados, difíciles, abruptos y traumáticos”.
Por su parte, el presidente de UPN y portavoz de Navarra Suma en el Parlamento foral, Javier Esparza, dijo no sentirse “representado por esta forma de hacer política” y defendió una política “desde la verdad, sin mentiras” y “alejada del todo vale para llegar al poder”. A su parecer, lo acontecido en el seno del PP “genera un daño enorme a la credibilidad y a la confianza que los ciudadanos tienen que tener en las formaciones políticas, genera descrédito en la actividad política”.