- El Comité Político de UPN aprobó ayer volver a pedir a Sergio Sayas y Carlos García Adanero que dejen sus actas de diputados en el Congreso, y en caso de que no accedan, iniciar los trámites para expulsarlos del partido. El máximo órgano de decisión de UPN entre congresos ratificó con un 80,62% de los votos -15% en contra; 3,75% en blanco; 0,62% nulos- la decisión que ya había tomado en la tarde del viernes la ejecutiva, que consideró que Sayas y Adanero causaron un “daño de incalculables consecuencias” al quebrar la orden dada por el presidente regionalista, Javier Esparza, de votar sí a la reforma laboral de Sánchez, convalidada de chiripa por el error de un diputado del PP.
El movimiento ha supuesto un auténtico terremoto en el partido regionalista, que desde el jueves vive una crisis interna como no se recuerda. Su imagen pública está por los suelos: UPN parece un partido roto e incapaz de cumplir los acuerdos que promete. La dirección quiere cerrar lo antes posible una crisis interna de la que asustan sus consecuencias, pero el Comité Político no parece que sirviera para restañar ninguna herida.
Cuentan algunos de los que estuvieron dentro del Navarra Arena que la asamblea, de dos horas, fue tensa. Solo hablaron Javier Esparza y Sergio Sayas. Adanero no intervino. Los reproches fueron los previsibles: cómo habéis hecho esto, os habéis cargado el partido, y ahora qué. Lo previsible. La última bronca antes del carpetazo. Esparza quiere cerrar la crisis cuanto antes: los plazos se van a apretar todo lo posible y no sería de extrañar que la semana que viene la comisión de disciplina abordara el caso. Esparza tiene prisa por echarlos del partido para poder llamarlos tránsfugas, y así intentar aislarlos. Pero los diputados van a pelear su carnet. Creen que no han obrado contra el espíritu de UPN y recurrirán. Así que igual la crisis no se cierra tan rápido.
La reunión dejó más detalles significativos. Hubo un 15% de votos en contra y casi un 4% de miembros no quisieron mojarse. El Comité Político, compuesto por 232 miembros y representantes de las muchísimas agrupaciones locales de UPN, es un órgano algo más plural que la ejecutiva. Pero rozar el 20% de noes e indecisos en una asamblea casi plebiscitaria -o con la dirección o contra nosotros- no es poca cosa. Sí, Esparza tuvo el 80% del apoyo, mucha mayoría. Pero es menos de lo que hubiese deseado un dirigente hermético y celoso del control. Esparza afirmó que “los órganos han hablado con contundencia. Si no entregan las actas, creemos que no pueden seguir en UPN”.