- Por el momento, nada nuevo bajo el sol. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, insistió ayer en presionar a los grupos para que apoyen sin cambios la reforma laboral, e incluso reveló que ha aprovechado la llamada telefónica que ha recibido de Pablo Casado para pedir al PP que se abstenga. Los socialistas no contemplan ninguna contrapartida para sus socios de investidura, PNV y ERC. La vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, tampoco realizó ningún movimiento, al menos en público, pese a su visita a Catalunya, donde se reunió con los sindicatos CCOO y UGT y estaba previsto que cenara con el conseller Roger Torrent, de ERC. Díaz se centró en presionar en público a los republicanos catalanes, exhibió músculo con los sindicatos, y cree que lo único que le presenta ERC son “razones de proyectos políticos”.
Los republicanos catalanes se plantaron con un tuit de Marta Rovira que acusa a la vicepresidenta de no aprovechar lo suficiente la mayoría de izquierdas, y Torrent utilizó el pleno del Parlament para insistir en sus condiciones: recuperar la autorización administrativa previa de los ERE y la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales.
Sánchez, por su parte, tras reunirse con la primera ministra de Finlandia, fue interrogado sobre la posibilidad de que Díaz negocie incorporar las demandas de los socios al margen de la reforma laboral. Sánchez se enrocó en la importancia del acuerdo con los agentes sociales y zanjó: “Con todo respeto al poder legislativo, desde el poder ejecutivo le decimos que convalide esta reforma”. De manera más críptica, añadió que las negociaciones siguen y que no contempla otro escenario que convalidar el decreto. Reveló que, en la conversación telefónica con Casado, le pidió que facilite la reforma.
Por otro lado, Díaz, en Barcelona, afeó al portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que exponga “razones de proyectos políticos”. No obstante, añadió que la relación con ERC es muy buena y confió en que el decreto salga adelante. Dijo que, con la reforma, una persona que trabaje en transportes de mercancías en Barcelona tiene, por la aplicación del convenio del sector, un aumento salarial de 7.700 euros al año.