- La derecha española ha vuelto a llevar las lenguas del Estado al terreno del debate político para intentar sacar rédito electoral a un clima enrarecido tras la sentencia contra la inmersión lingüística en Catalunya. En ese sentido, ayer en el Congreso Pablo Casado no dudó en desplegar un discurso férreo contra el pluralismo y en defensa del castellano, en el que incluso arremetió contra el euskera en tono despectivo para atacar al Ejecutivo de Pedro Sánchez. “Tanta chorrada de niñes, bollos y dibujos en euskera, pero usted deja desprotegidos a los menores”, le espetó Casado al presidente del Gobierno español en referencia, entre otras cuestiones, al acuerdo para que ETB3 pueda verse en toda Nafarroa.

Todo esto en un pleno en el que el caso del colegio de Canet del Mar (Barcelona), donde la familia de un alumno ha exigido que se cumpla la sentencia y se impartan el 25% de las clases en castellano, volvió a marcar la batalla política. Así, el líder popular aprovechó para acusar a Sánchez de no adoptar medidas en favor de personas vulnerables, como dicho menor de Canet, o de “ocultar la pandemia mientras se infectaban miles de españoles”.

El presidente del PP no escatimó en asuntos para atacar a Pedro Sánchez, a quien reprendió por cuestiones como la factura de la luz, la educación en Catalunya, las medidas frente al covid o incluso el uso del avión oficial Falcon. “¿Qué coño tiene que pasar en España para que asuma alguna responsabilidad?”, llegó a soltar.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, acostumbrado al habitual tono exaltado de Pablo Casado, mantuvo la calma en su intervención frente a la cascada de críticas del PP y tiró de ironía para preguntar al jefe de la oposición cuántos cafés había tomado ya a esa hora de la mañana.

En el plano más concreto, el líder socialista respondió a las críticas del PP y de Ciudadanos que le reprocharon “politizar” la lengua en Catalunya. Sánchez respondió en concreto a la presidenta de la formación naranja, Inés Arrimadas, a quien acusó de “inflamar” a la sociedad catalana con sus declaraciones sobre la inmersión lingüística y el caso de Canet. “Es un claro ejemplo de la falta de respeto de una oposición que solo ofrece crispación, insultos e insidias”, zanjó.

Por otra parte, la Cámara Baja volvió a asistir al ya clásico intercambio de pareceres entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que en esta ocasión cuestionó a la ministra por usar el avión oficial para acudir a su audiencia con el Papa la pasada semana. “Critica la asignatura de Religión y luego va emocionada al Vaticano”, le dijo Egea, que le preguntó si acaso Roma conseguirá “de usted un arrepentimiento real” por sus medidas en el Gobierno.

En el choque dialéctico salieron también a colación varios pasajes de la Biblia y, mientras García Egea le recordaba a Yolanda Díaz que las sagradas escrituras condenan “fuertemente la mentira”, la ministra le respondió citando la siguiente parábola de San Mateo: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos”.

Otro 155. Por su parte, la ultraderecha se abonó en el pleno de ayer a la tesis de que es necesario que el Gobierno español vuelva a intervenir la autonomía catalana por la cuestión del colegio de Canet. Según el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro, Sánchez debe aplicar el artículo 155 de la Constitución para detener “el linchamiento de odio” que a su juicio despliega la Generalitat contra la familia que ha exigido el 25% de las clases en castellano. “No vamos a consentir que nos roben la patria”, concluyó.