- Euskadi está lejos de ser una isla. Iñigo Urkullu acaba de firmar un protocolo de una amplitud inédita con Nafarroa, ha profundizado y normalizado completamente las relaciones institucionales con el president Aragonès tras una etapa más distante con Puigdemont y Torra, y ahora le toca asumir la presidencia de turno de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos por dos años. Ese órgano de cooperación a ambos lados de la frontera, con más de tres décadas de recorrido, agrupa a los territorios de la comunidad autónoma vasca, Nafarroa, Aragón, Catalunya, Andorra, Nueva Aquitania y Occitania. Urkullu asumió ayer la presidencia en la reunión del Consejo Plenario con diez prioridades sobre la mesa, todas ellas de carácter social, con el acento en la creación de corredores seguros para los migrantes y la lucha contra el cambio climático.
Ahora mismo estos territorios tienen entre manos, además, la elaboración del programa Poctefa 2027, el protocolo de los estados francés y español y Andorra, que podría ascender hasta los 240 millones de euros. Urkullu tomó ayer el relevo de manos del president de Catalunya, que ha asumido la presidencia en los dos últimos años.
Urkullu se fijó diez prioridades. Apostó por crear corredores seguros para los migrantes, combatir el cambio climático (puso en valor que la estrategia de los Pirineos es la primera que se forja en zonas de montaña), reducir la desigualdad y abordar el reto demográfico, además de implantar los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
También se propuso impulsar la diversidad cultural y las lenguas cooficiales, cuyo conocimiento y uso “debemos proteger y promocionar en esta era digital”; desarrollar la digitalización y el teletrabajo para contrarrestar la despoblación de las zonas rurales; promover la participación de los jóvenes; apostar por la I+D+i; impulsar los grupos de trabajo sobre el patrimonio cultural o el desarrollo del hidrógeno, y trabajar en el plan Poctefa. En relación a ese último punto, se fijó como reto lanzar las primeras convocatorias de proyectos el próximo año.
Urkullu declaró que asume la presidencia con “ilusión y ambición”, y apostó por ahondar en la colaboración, respetando las singularidades de cada territorio. El lehendakari y Aragonès habían coincidido ya en otras reuniones multilaterales y telemáticas, pero ayer mantuvieron su primer encuentro bilateral aprovechando el traspaso de poderes entre ambos en la presidencia de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. La estrategia del clima, por su parte, figura también en el documento de 15 desafíos del órgano pirenaico, que respeta las singularidades.
En el plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos participó también la consejera navarra Ana Ollo, quien lamentó que persista aún el cierre de cuatro pasos fronterizos desde el estallido de la pandemia. Este asunto y la gestión de los fondos europeos estuvieron muy presentes. Tanto que, en la declaración de los presidentes de los siete territorios leída en el pleno, se manifiesta la “inquietud” por el cierre de hasta diez pasos fronterizos. La pandemia ha agudizado el efecto frontera, según estos territorios. Tiene impacto económico.
Urkullu recordó que, durante la pandemia, ha permanecido cerrado el paso de Behobia, y pidió diálogo a los gobiernos español y francés. Mostró su “preocupación” y recordó que ya se la ha trasladado a ambas partes.
Pere Aragonès se mostró partidario de reforzar el “compromiso de trabajo compartido”. El lehendakari lo corroboró y agradeció al president su trabajo en los dos últimos años. Recalcó la necesidad de que se garantice la colaboración transfronteriza entre los territorios.