- La publicación ayer de un encuentro de Arnaldo Otegi con militantes de EH Bildu en el que -el mismo día del comunicado asumiendo el daño causado- fijaba como objetivo indispensable que “salgan los 200 presos” de ETA y lo vinculaba a la negociación presupuestaria en el Estado, ha provocado que el Ejecutivo español endurezca el tono contra la izquierda abertzale y niegue cualquier conversación en el marco de las Cuentas que incluya contrapartidas penitenciarias.
En una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados que estuvo muy marcada por los temas relacionados con ETA y la violencia debido a la efeméride, Pedro Sánchez salió al paso de las críticas de los grupos de la derecha para negar que esté negociando beneficios para reclusos de ETA a cambio del apoyo de los cinco diputados de EH Bildu a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Asimismo, miembros del Ejecutivo de coalición elevaron el tono contra la coalición abertzale, a la que pidieron, entre otras cuestiones, que ponga fin a los ongietorri.
De esta manera, la jornada de ayer -tanto en el hemiciclo como en los pasillos de la Cámara Baja- giró en torno a la polémica originada por las palabras del coordinador de EH Bildu en un encuentro con militantes en Eibar el pasado lunes, horas más tarde de leer el comunicado junto a Arkaitz Rodriguez asumiendo responsabilidad en el sufrimiento de las víctimas de ETA. Los grupos de la derecha aprovecharon este hecho para cargar contra Sánchez y acusarle de negociar la “liberación de etarras” a cambio de asegurarse los cinco votos de la coalición abertzale en la votación presupuestaria.
El presidente del Gobierno español, en su intervención, se vio obligado a desmentir tanto a Otegi como a PP, Vox y Ciudadanos y, en ese sentido, negó que figure en aspecto alguno de la negociación de los PGE el conceder beneficios a los reclusos del EPPK.
No convenció la negativa de Pedro Sánchez a la oposición, que arremetió en tromba contra Moncloa y le exigió cortar cualquier tipo de vínculo con la izquierda abertzale, así como rechazar sus votos en el Congreso. “¿Va usted a sacar de la cárcel a 200 terroristas para que le apoyen los Presupuestos? Responda: ¿sí o no?”, preguntó el líder del PP, Pablo Casado, a Sánchez. “Respondiendo a su pregunta, es un no rotundo, un no rotundo”, replicó el presidente socialista.
Pero los populares siguieron insistiendo en la misma tónica y lo mismo hicieron en Ciudadanos y en Vox. Así, Arrimadas trasladó a Sánchez que “si no rompe con el portavoz de los etarras” todo lo demás es “palabrería”. Por último, el líder ultra Santiago Abascal defendió que el Congreso va a aprobar “los Presupuestos de ETA”.
Por otra parte, la ministra de Justicia, Pilar Llop, aprovechó una pregunta del diputado de EH Bildu Jon Iñarritu sobre la igualdad de los ciudadanos ante la ley para echar en cara una serie de cuestiones a la izquierda abertzale. Así, Llop hizo caso omiso del sentido de la interpelación y contestó acusando a los de Otegi de “humillar” a las víctimas y a la democracia con los ongietorri, en la línea de lo dicho el martes por la portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez, que exigió el fin de estos actos y que la izquierda aber-tzale pidiera perdón.
En otro orden de cosas, ayer reapareció el exministro del Interior y exlíder del PP vasco Jaime Mayor Oreja, que en un acto en la Universidad Villanueva aprovechó para alertar de que a su juicio el proyecto de ETA sigue vigente hoy en día. “No se ha derrotado a ETA, ha habido una colaboración con ETA y ahora cogobierna a España. No se ha arrepentido de matar y está a punto de sustituir al partido de toda la vida en el País Vasco, al PNV”, aseguró.