- “Estamos muy lejos, ahora mismo votaríamos no”. Esquerra lanzó ayer una seria advertencia al Gobierno español, a quien urgió a que “se ponga las pilas” en el cumplimiento de los compromisos que adquirió. “Si somos socios prioritarios, no se nota mucho”, replicó la portavoz republicana, Marta Vilalta, ya que ERC “desea explorar la negociación en todos los ámbitos” y “ser útiles” a la ciudadanía. “No somos un partido del no a todo, pero nos los ponen muy difícil. Que el año pasado facilitáramos la aprobación no presupone de entrada que lo volvamos a hacer este año”, alertó, ya que “el Gobierno de PSOE-Unidas Podemos sabe que no ha hecho los deberes si quiere contar con los apoyos suficientes”. “Por tanto, depende de ellos”, zanjó.
Esquerra se halla muy molesta por el nivel de ejecución de las inversiones comprometidas en las cuentas actuales, que consideran insuficiente. “Nosotros no haremos ningún brindis al sol, los acuerdos están para cumplirlos”, recalcó Vilalta, matizando que “las lluvias de millones no sirven porque muchas veces no llegan”. Y más, conscientes de que “el PSOE es un experto en no cumplir”. Sobre si el traspaso de Cercanías puede ser un factor determinante, la portavoz de ERC reconoció que se trata “de un tema fundamental”. El aviso ya expresado por Gabriel Rufián de que el Ejecutivo tendría que “sudar” para lograr su respaldo da pues otra vuelta de tuerca. Desde luego, el traspaso de Rodalies sería “muy relevante”. En 2010 el Estado cedió a Catalunya el servicio de transporte de viajeros de Cercanías, pero Renfe continuó operando con medios propios y la infraestructura -unas 200 estaciones y más de 1.100 kilómetros de vías- es de Adif. La Generalitat critica que ese fue un traspaso “incompleto” porque no se asumieron ni los maquinistas ni los trenes, ni las estaciones ni las vías. El Govern sí define horarios, tarifas y frecuencias. El planteamiento es compartido por Junts y PDeCAT, sumando entre todos 21 votos, sin contar a la CUP.
Pero entre las aspiraciones de ERC no solo están las mejoras ferroviarias, enfrascados en su política de separar aspectos sectoriales del conflicto político y la mesa de diálogo. También se detienen los republicanos en los fondos europeos o en la cesión del edificio de la Jefatura de la Policía, en la Vía Laietana de Barcelona, una antigua reivindicación. Ahí existe una sintonía independentista más en tela de juicio en temas como la reforma del delito de sedición o la situación de los exiliados y represaliados.
“Es precipitado que los grupos se manifiesten sobre un proyecto que desconocen”, respondió a ERC la portavoz de Moncloa, Isabel Rodríguez, recordándoles la mayor cuantía inversora incluida en las Cuentas del próximo año. “Serán buenas en esta materia para todos los territorios del país, incluida Catalunya”, remarcó. Sobre Cercanías, la ministra de Política Territorial apostilló que en agosto se reunió la Comisión Bilateral Generalitat-Estado, y esta cuestión quedó pendiente de abordar por un grupo de trabajo.
Por su parte, el PP tildó de “irreales y cortoplacistas” las Cuentas para 2022 y reprochó a Sánchez que negocie “con los independentistas a cambio de votos”. “Queremos una financiación nacional justa con los servicios públicos, no al servicio de los nacionalistas, que hemos visto cómo han negociado ya estos Presupuestos con el País Vasco y Catalunya, y no, por ejemplo, con el Gobierno de los murcianos”, consideró su diputada Isabel Borrego.
Desde Podemos, su coportavoz estatal, Pablo Fernández, subrayó que el rechazo del PP y “sus augurios de ruina para el país” son una “pataleta” que revela su carencia de proyecto, dado que solo puede ofrecer “corrupción y ruido”. Por otro lado, se mostró optimista sobre el apoyo al Ejecutivo del resto socios parlamentarios.